"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

domingo, 16 de mayo de 2010

Reflexionando el Evangelio - La Ascensión del Señor

Queridos Hermanos:
Hoy celebramos la Ascensión de Jesús a los Cielos y hemos leído el pasaje del Evangelio de Lucas. Sin embargo es un detalle que se encuentra en la primera lectura lo que me ha ayudado a reflexionar el mensaje. En el libro de los Hechos de los Apóstoles luego de que el Señor se pierde de vista, aparecen dos hombres vestidos de blanco que llaman la atención a los Apóstoles. "Galileos, ¿que hacen ahí parados mirando al cielo ?". Esta pregunta trae mucho contenido, aunque parezca que no dice gran cosa.

Hasta ese momento los Apóstoles nunca habían estado sólos. Jesús era su Maestro, su protector, sabían que sólo El tiene palabras de vida eterna. Y de repente se les va. Ciertamente hay que ponerse en los zapatos (o sandalias) de este grupo de hombres. Comprendiendo esto, podemos entender que se hayan quedado largo rato contemplando el cielo. Seguro que más de uno tenía la esperanza de verlo volver después de un rato.

Creo que esta imagen representa claramente una actitud en la que muchos hemos podido caer. Mirar al cielo podría graficar esa actitud de quien lo espera todo de Dios (en el mal sentido de la expresión). Claro que debemos poner toda nuestra esperanza en Dios, pero no sin hacer nosotros lo que nos corresponde. Jesús sigue en la Iglesia, habita en cada uno de nosotros, pero espera de parte nuestra, la colaboración.

El llamado de atención que esos ángeles hacen a los Apóstoles, es más que nada un reclamo. Jesús antes de irse les había recordado que su mensaje debía ser predicado a todo el mundo y así se daría la conversión y el perdón de los pecados. A los Apóstoles correspondía ponerse a predicar, no quedarse allí parados mirando al cielo.

Hoy Jesús nos pide recordar esta responsabilidad. El siempre estará con nosotros, en nosotros, pero no podemos pretender que lo haga todo El. Somos instrumentos de Dios, estamos para servirlo.

Animo entónces, nada de estar ahí parados mirando al cielo. A Dios rogando y con el mazo dando.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes

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