Ayer leía el pasaje del
Evangelio donde Jesús llama a sus primeros discípulos. A orillas del mar
encontró a Pedro y Andrés, para luego encontrarse con Santiago y Juan. A éstos
dos pares de hermanos los llamó y los cuatro lo siguieron enseguida, de
inmediato, y se fueron con Él dejando todo atrás.
De seguro Jesús puede
cautivar a cualquiera y hoy, como en aquel entonces, sigue llamando a hombres y
mujeres de todas las edades y condiciones a seguirlo, pero no todos lo hacemos
de inmediato. Lo puedo afirmar empezando por mí mismo y continuando con todas
las experiencias que he podido conocer a lo largo de los años.
Se nos hace muy difícil
(y cada vez más) desprendernos de “lo nuestro” para aceptar lo que Él nos tiene
deparado. Parecemos como niños que se aferran a su juguete favorito, decididos
a no soltarlo aunque lo que nos ofrezcan sea mucho mejor. Lo más riesgoso es
que esa resistencia cause una demora y la demora termine haciendo que perdamos
un tiempo valioso, irrecuperable.
La clave está en amar
con sinceridad. Quien ama tendrá dos cosas imprescindibles: confianza y
premura. Si amamos a Jesús y sabemos que nos ama, tendremos la confianza de
abandonarnos en sus manos, de permitirle a Él dirigir nuestra vida, nuestro
destino. Sólo quien ama se apresura a servir al Amado, está atento a lo que sea
que pida o requiera para inmediatamente responder, sin demora.
Sin duda los cuatro primeros
Apóstoles amaron totalmente a Cristo, por eso fueron capaces de seguirle de
inmediato, sin titubeos, condiciones o negociaciones. Se desprendieron de lo
suyo para poder darse por completo y recibir al Absoluto, al infinito. Ojalá
cada vez sean más los que puedan hacer lo mismo.
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes
Así es Padre César a todos nos llama sólo que no lo queremos escuchar .... pero si abrimos nuestro corazón a Dios ese flechazo de amor es inmediato, El verdadero amor a primera vista !
ResponderEliminarSe desprendieron de lo suyo para poder darse por completo y recibir al Absoluto, al infinito,
ResponderEliminarAmar hasta que duela, desprenderse de los apegos a las cosas del mundo vale la pena . El Amor de los Amores está esperándonos, somos lo más importante para él.Su Presencia en mi vida es lo verdaderamente importante.