"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

miércoles, 6 de marzo de 2013

Sin Pelos en la Lengua - Silencio cómplice



Siempre se ha dicho que “el que calla, otorga”. Esto se puede aplicar perfectamente a ese silencio terrible, de quien no se pronuncia cuando es urgente (y no sólo necesario) hacer oír la voz de la razón, de la verdad.
Hoy en día son muchas las voces que promueven el desorden, la inmoralidad, el hedonismo, en fin, el mal y el pecado. Son voces muchas veces seductoras, maquilladas de ciencia cuando en realidad lo que promueven son ideologías malignas, que ocultan oscuros interéses. No olvidemos que siempre hay quien “pesca a río revuelto”.

Y frente a toda esa ralea de voces de los hijos de las tinieblas, muchas veces se enfrenta sólo un mudo silencio. Hay quien dice que es inútil discutir con quienes no quieren entender. Otros que es mejor no gastar “pólvora en gallinazo”, ni “tirar perlas a los cerdos”, pero el problema es que gallinazos y cerdos se han apoderado de la opinión pública y cautivado a muchos sencillos, ingenuos que, por falta de formación, caen rendidos ante los encantos de la verborrea destructiva, casi como el adicto sucumbe ante la droga.

No podemos quedarnos callados frente a semejante situación, hacerlo sería convertirnos en cómplices de quienes sólo buscan sacar provecho de la gente. Todo cristiano debe aportar su contingente en la construcción de un mundo mejor y del mal moral nunca se pueden esperar buenos frutos. Va siendo hora (gracias a Dios cada vez son más los que alzan la voz) de que nos hagamos escuchar, porque Dios es Todopoderoso, pero espera nuestra colaboración en la redención del mundo. No nos hagamos ni los sordos, ni los mudos.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos... ustedes