"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

miércoles, 15 de diciembre de 2010

¡ PAPÁ NOEL NO EXISTE !

Siempre decimos que las palabras convencen y que los ejemplos arrastran. Díganme entonces si no es una tremenda contradicciòn que sean los mismos padres de familia quienes, con muy buenas intensiones seguramente, les mientan a sus hijos haciéndoles creer en la existencia de un personaje de ficción.

Aparentemente es inofensivo el tema, pero en realidad no lo es tanto y lo digo desde mi experiencia personal. Crecer convencido de la existencia de un gordito que reparte regalos luego de recibir la lista que uno debía escribir es como vivir en un cuento. Pero como todos sabemos, las mentiras tienen “patita cortas” y tarde o temprano la verdad se descubre con consecuencias, a mi parecer, dañinas. Algunas serìan :

- Genera desconfianza en la palabra de los padres.
Para los hijos, sobretodo en la infancia, la palabra de los padres tiene un valor absoluto. No se duda de lo que dicen papá y mamá. Cuando descubrimos que nos estuvieron mintiendo durante un largo período no estamos todavía en capacidad de entender que era un detalle de fantasía o de ternura. Queda la idea de que nos mintieron y la pena de saber que no existe el personaje por el que habíamos desarrollado afecto.

- Le quita protagonismo a Cristo en Navidad.
A mi parecer es la consecuencia màs grave porque cambia el significado de la Navidad. Nos lamentamos tanto al ver còmo una de las fiestas cristianas màs importantes se ha convertido en una carrera consumista y estamos sembrando en las nuevas generaciones la idea de que lo esencial del tiempo de Navidad es recibir regalos. No existe un negocio que no usufructúe la imagen de Papà Noel, que representa perfectamente la idea comercial, del intercambio de regalos como objetivo principal. La razòn de la fiesta que es el nacimiento del Salvador del Mundo, queda a la sombra del gordito bonachòn. Cristo ocupa un lugar secundario, cada vez màs pequeño. 

- Los niños aprenden a mentir.
Es inùtil insistir en el valor de la verdad y la fealdad de la mentira, cuando se miente descaradamente. Nadie convence a su hijo de la existencia de Papà Noel con mala intención, pero el fin no justifica los medios. La pedagogìa insiste mucho en el aspecto de la ejemplaridad. Nosotros como educadores somos los primeros llamados a enseñar con las obras. Serà siempre una contradicciòn tremenda que los niños descubran que sus padres le han estado mintiendo. Creo que la tristeza que muchos muestran al saber que Papà Noel no existe va unida a la de saber que han sido engañados por sus propios padres.

Mi pregunta a todos serìa : Cuàl es la necesidad darle espacio a este personaje en nuestras vidas? Es que no basta con decirle a los niños que los regalos los reciben porque celebramos el nacimiento de Jesùs, de Dios que se hizo niño y que por eso homenajeamos a todos los niños.

Todos queremos lo mejor para los niños. Evitemos hacerles vivir esta experiencia negativa y las consecuencias que de ella se desprenden. Reavivemos el valor cristiano del tiempo de Navidad y hagàmoslo resaltando el Misterio de la Encarnaciòn del Hijo de Dios. Que sea una fiesta espiritual y familiar, donde nuestros niños aprendan cosas que los ayuden a crecer como buenos cristianos capaces de marcar la diferencia en una sociedad que da culto a la masificaciòn y al consumismo.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos...ustedes

2 comentarios:

  1. Lo felicito por esta reflexión Padre, Yo soy uno de los que lloraron cuando se enteraron a los 8 años que Papa Noel no existe. Compartiré esto con todos mis amigos.

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  2. Tiene toda la razon,tambien mi hija y yo hemos caido en ello con nuestros nietos. Veremos como rectificamos. Gracias pir la reflexion.

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