Llama fuertemente la atención la alabanza que hace Jesús de Juan el Bautista. Creo que son las palabras más contundentes que Jesús haya dicho de alguien y eso nos hace valorar todavía más la misión y la autoridad del Precursor.
Celebremos el milagro del Dios-Hombre |
Este reconocimiento que Jesús hace del Bautista nos tiene que llevar a reflexionar la importancia de la misión profética de todo bautizado. Desde el día en que recibimos el primero de los sacramentos, recibimos la triple tarea de ser sacerdotes, profetas y reyes. Sacerdotes para dar culto a Dios, reyes para servir a Dios y al prójimo (recordemos que el que quiera ser el primero debe ser el servidor de todos) y profeta para anunciar la Palabra de Dios.
Estamos ya en el tercer domingo de Adviento y deberíamos haber ya avanzado en la tarea de prepararnos para la venida del Señor. Hoy debemos pensar en nuestra misión evangelizadora. No basta solamente con preocuparnos de nuestra conversión, hemos también de ayudar a nuestros hermanos en esa tarea. Así como lo hizo Juan el Bautista, con la palabra y el ejemplo.
Es lamentable ver como la Navidad es cada vez menos una fiesta cristiana. Sé que esto lo escuchan cada año, pero es una verdad que nos debe mover a actuar. Juan supo despertar las conciencias adormecidas de sus paisanos y abrir sus corazones para que recibieran a Cristo.
Hemos de aprovechar esta fiesta para predicar, para dar un mensaje de esperanza y de amor. Jesucristo sigue actuando en su Iglesia, a través de cada cristiano que se deja llevar por las inspiraciones del Espíritu Santo. Cada uno de nosotros está llamado a ser instrumento de Dios, puente para unir a los hombres con el Creador. Sólo así estaremos viviendo plenamente el Adviento, sólo así podremos tener la esperanza de recibir las alabanzas que el Señor hizo al Bautista. Sólo así podremos devolverle a la Navidad su verdadera razón de ser.
Hoy Jesús nos llama a ser profetas, a marcar la diferencia y a gritar a viva voz la alegría de saber que está entre nosotros. La clave para fortalecer nuestra fe está en compartirla. Si estás pensando en encontrar el regalo perfecto para dar en Navidad te aseguro que el mejor será siempre la fe compartida. Te dará la mayor de las alegrías y harás feliz a quien la reciba, porque conocerá a Dios.
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes
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