Sacerdote catòlico comparte con sus familiares y amigos sus experiencias cotidianas, procurando con sencillez y alegria, entregar un mensaje que ayude a amar a Dios y al hermano.
martes, 26 de septiembre de 2017
jueves, 21 de septiembre de 2017
FIN DEL MUNDO
Ya perdí la cuenta de
cuantas veces nos han puesto la fecha de caducidad, creo que la más memorable
fue la del inicio de milenio, pero la realidad es que el mundo sigue su marcha.
Más allá de que esa marcha no vaya avanzando por donde debería, lo cierto es
que nadie puede saber cuando será el último día.
Pero lo que más molesta
(y creo que no hablo sólo por mi) es al afán de meterle miedo a la gente,
haciéndoles creer que llega el Cuco, cuando la verdad es que no hay nada que
temer. Quien llegará al final de los tiempos es Jesucristo y no vendrá a
destruir sino a renovar la faz de la Tierra. Por lo tanto ¿cuál es el motivo
del pánico?
Mi deseo es evitar este
“linchamiento mediático” que le están haciendo a nuestro Salvador, porque es
incoherente afirmar que quien murió en la Cruz para darnos vida eterna, ahora viene
para destruirnos. Es urgente que se entienda bien el plan de Dios.
Cristo volverá para
desterrar definitivamente el mal del mundo, para que no exista nunca más el
pecado, ni la muerte y para encerrar para siempre al diablo y sus compinches.
Todas esas son buenas noticias. Lo único que debe preocuparnos es que nos
encuentre siendo fieles a Él, porque de eso dependerá nuestro destino final.
Por lo tanto no hay
nada que temer, el miedo no es de Dios. Así que como no sabemos ni el día, ni
la hora en que Cristo volverá (ni tampoco cuando moriremos), lo que nos toca es
caminar cada día según la ley de Dios, amando y sirviendo con todas nuestras
fuerzas. Así se vive el cristiano:
ocupado y en paz.
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein
elcuradetodos… ustedes
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