"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

viernes, 11 de septiembre de 2015

El Papa Párroco - Sin Pelos En La Lengua



El Papa Francisco es un fenómeno, dirían los argentinos. Y todos le daríamos adjetivos parecidos. El Vicario de Cristo tiene cualidades que lo han hecho llegar con fuerza y claridad a todos los públicos, católicos y no católicos del mundo. Pero no es sólo su personalidad o como comunica, hay algo en él que nos hace comprender que es un pastor a carta cabal. El Papa Francisco es el párroco del mundo.

He sido cura párroco desde hace catorce años. No son demasiados, pero sí suficientes como para haber aprendido las mañas del oficio de pastor de almas. Y esa experiencia me ha hecho pensar que el Papa sigue el método del párroco. Hoy quiero compartirles las razones de mi teoría.


1.- Cuando llegues a una parroquia procura ganarte los corazones: Cuando hay empatía, cuando las ovejas conocen y quieren a su pastor, lo seguirán donde él las conduzca. Francisco desde el primer momento de su pontificado se ha ganado el cariño y la aceptación de todos. Su sencillez, su sonrisa, su cercanía, todo habla de alguien que ama a quienes le rodean… y amor con amor se paga.

2.- Preocúpate de los más débiles, de los que más sufren: Un buen párroco sabe que en cada parroquia hay uno o varios grupos vulnerables: ancianos abandonados, niños descuidados, indigentes, enfermos, etc. Tomará entonces las medidas necesarias para poder ayudarles y procurará desarrollar iniciativas para que la parroquia pueda responder a las necesidades de los que más sufren. Todos sabemos que Francisco ha buscado auxiliar a los indigentes de Roma y además organizó un bingo para poder construirles duchas, algo que cualquier párroco haría en su parroquia.

3.- Valora a tu antecesor: Es un consejo que corresponde a la comunión eclesial, porque aunque cada sacerdote tiene su personalidad y sus métodos, somos miembros del mismo equipo. Además toda comunidad guarda cariño y gratitud al párroco anterior. Francisco ha sido cariñoso y grato con Benedicto XVI, permitiendo ver como la Iglesia es una sola.

4.- Haz sólo los cambios que sean necesarios, lo que funciona bien déjalo que siga así: La prudencia pastoral manda a dar continuidad a todo lo que rinde frutos y a cambiar o mejorar lo que necesite ser reformado. Francisco ha continuado el trabajo y aplicado las directrices de su antecesor, pero también ha iniciado sus propias reformas, sobre todo en el ámbito pastoral.

No quisiera extenderme más, pero creo que he demostrado mi punto. Venero a cada uno de los Papas que Cristo nos ha querido regalar, pero a cada uno lo suyo. Tener hoy en la Iglesia a un Papa párroco me hace sentirme confiado de que cada noticia que llega de Roma será siempre un nuevo empujón a la pastoral, para encaminar a la Iglesia en este tercer milenio del cristianismo.

Te queremos Francisco, te queremos.

P. César Piechestein
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