"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

viernes, 13 de octubre de 2017

100 niños abusados



Todo tipo de violencia debe ser combatido ciertamente, pero aquella que se dirige hacia los más indefensos es la que más rechazo debería suscitar. Con profundo dolor hemos conocido como en un centro educativo de Guayaquil se ha abusado de un centenar de pequeños, confiados por sus padres a quienes, por su profesión, debían impartirles el saber.

Sólo puedo imaginar la pena y frustración de sus padres al saber el daño que sus hijos han sufrido, me uno a ese dolor y al de todas las personas que han sido afectadas por la violencia. Jesús mismo afirmó que a quien escandalizara a un pequeño más le valdría atarse una piedra de molino al cuello y echarse al mar, así de graves son este tipo de crímenes.


Pero no basta con lamentarnos por lo sucedido, ahora tenemos que remediar. Ayudar a los niños y sus familias y procurar que esto no se vuelva a repetir. ¿Cómo hacerlo? Ojalá tuviera una respuesta precisa, pero el problema es demasiado grande. De lo que estoy seguro es de que, si esos docentes (les quedó grande el título) hubiesen tenido al menos un poquito de temor de Dios y otro poquito de humanidad, no se hubiesen atrevido a lastimar a esos inocentes.

Por eso creo firmemente que es urgente  la educación. Educarnos implica madurar como personas, combatir nuestros defectos y cultivar virtudes. Significa renunciar a aquello que nos pueda dañar a nosotros mismos o a nuestros hermanos. Procurar siempre lo mejor, lo más alto, lo más noble. Tengan por seguro que así, con nuestro ejemplo, se educarán mejor las nuevas generaciones.

En relación a la marcha de este sábado, a favor de la familia y la vida, sepan que estamos marchando también contra todo tipo de violencia, sea esta contra la mujer o contra los niños, contra los obreros o contra los enfermos terminales. También marchamos contra la violencia ideológica, es decir, cuando se quiere imponer una ideología por la fuerza (en este caso también a los niños). Porque al final creo que todos queremos proteger a los más débiles e indefensos.

Hasta el Cielo.

P. César Piechestein García
elcuradetodos…ustedes