"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

martes, 26 de enero de 2016

UN MUNDO MÁS ENREDADO



Yo estoy consciente de que no tengo todas las respuestas, pero trato cada día de encontrarlas. Una gran pregunta que me hago a diario es ¿por qué cada vez la humanidad está más enredada y no progresa? Una pregunta demasiado compleja de responder, pero que hay que tratar de hacerlo, como cuando te pasas horas tratando de desenredar una madeja de hilos.


Una de las razones que creo tiene mucho que ver es que hemos confundido las “metas” con los “ideales”. Formamos a nuestros jóvenes con ideas y objetivos de pequeño o mediano alcance. Bienestar material, una bonita familia, una buena profesión, un empleo estable, etc, todas metas alcanzables con un poco de esfuerzo y buena voluntad.

Quizás por eso muchos no se sienten motivados, se aburren muy rápido de la vida. Otros, los que no logran alcanzar esas metas, se frustran y desesperan porque no llegaron a descubrir que hay mucho más. Jesús nunca propuso metas, sino ideales, o más bien un ideal.

Cuando nos habló del amor no lo hizo con sentimentalismo, sino demostrando como se ama. Recordemos que dijo que nadie ama más que quien da la vida por sus amigos. Ese es el ideal: dar la vida por otros. Ya no se trata de vivir para uno mismo, para alcanzar unas cuantas metas. Entender eso cambia la vida.

Quizás no sea la solución a todo, pero creo que sería el mejor fundamento para poder poner en orden este mundo y enrumbarlo hacia el Reino de los Cielos. ¿Quieres ser feliz? Vive por el ideal que Cristo propone.

Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos…ustedes

miércoles, 13 de enero de 2016

Anticristos del Siglo XXI - Sin Pelos en la Lengua



Dice la sabiduría criolla que más rápido cae el mentiroso que el ladrón, pero la verdad es que existen mentiras y mentirosos que ya peinan muchas canas (y existen mentirosos que además son también ladrones). Lo cierto es que aunque a veces tarde, la verdad siempre triunfa y eso es lo que cuenta.

A algunos les ha sorprendido mucho que hoy se hagan públicas las imágenes de algunos que se hacen pasar por sacerdotes, obispos y hasta Papas católicos sin serlo y quizás tienen razón de admirarse. Pero no lo harían si supieran que el engaño tiene ya más de una década de estar presente en esta zona del planeta. Ya lo decía San Juan "Salieron de entre nosotros; pero no eran de los nuestros. Pues si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros." (I Juan 2,19)

A nadie sorprende ya la gran diversidad de grupos religiosos existentes. Todos con sus especificidades, distintos y con su identidad propia. La novedad con los señores en cuestión es que asumen la identidad de la Iglesia Católica (aunque ellos están conscientes de no pertenecer a la misma) para aprovecharse de la ingenuidad de muchos fieles en momentos tan dolorosos como la muerte de un ser querido. En eso radica el problema y es necesario sacarlo a la luz.

Por lo tanto no hay de qué sorprenderse, la cosa no es nueva. Ya en los tiempos de los Apóstoles existían personas de este tipo a quienes San Juan llamaba “Anticristos” y con justa razón (primera y segunda epístolas de San Juan). Hay que rezar por ellos y recordarles que la mentira tiene patas cortas y que Jesús es el Camino, la VERDAD y la Vida. Si decimos seguir a Cristo hemos de vivir siempre en la verdad.

Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos...ustedes

jueves, 7 de enero de 2016

¿Por qué proliferan los "videntes"? - Sin Pelos en la Lengua



"Vidente" conocido como Fray Josué

Para quienes tenemos toda una vida caminando en la Iglesia ya no es novedad escuchar con cierta frecuencia del surgimiento de un nuevo “vidente”. Para otros en cambio la cosa es bastante novedosa y atractiva, porque todo lo que tenga que ver con comunicarse con el más allá resulta intrigante.

Yo tengo la posibilidad de decir que desde mis 17 años de edad he tenido mucho que ver con hombres y mujeres que aseguraban recibir mensajes directos de la Virgen María, de Jesús o de algún Santo. Algunos además afirman que ven a los seres celestiales con frecuencia, incluso en ciertos lugares específicos como una cascada, un árbol de sauce, una pared mohosa, una piedra, etc.


Lo triste de esta situación es que la mayoría terminan siendo embaucadores, algunos de mala fe y otros simplemente víctimas de sus propios delirios o de algún tipo de enfermedad mental. Y más triste aún es ser testigo de cuánta gente cae en la trampa y se vuelven fieles creyentes del supuesto intermediario, algunos hasta el extremos del fanatismo.

En fin, el tema de la reflexión es tratar de deducir el por qué tanta gente es presa fácil de los mal llamados “videntes”. Tengo una teoría y es que las razones son dos:

-        *  El grande y sincero deseo de escuchar la voz de Dios, de tener un mensaje directo, personal y específico de parte de Dios para mí. De eso se aprovechan los “videntes” y van ofreciendo el servicio de interlocutor, casi como un médium o espiritista católico.
-        *  El analfabetismo religioso que termina convirtiéndose en una ingenuidad infantil cuando de lo espiritual se trata, lo que unido a la culpa de muchos que han vivido alejados de Dios, les hace crédulos y fáciles de manipular.
El "vidente" cuando no está en el personaje. Se llama Víctor Villacís.

¿Qué hacer frente a la problemática?

Creo que la clave está en evangelizar con tesón y catequizar con empeño, de manera que las nuevas generaciones tengan una fe más concreta y menos dependiente de cosas raras. Quien conoce a Dios sabe que no necesita mensajes personales, sino que a través de las Sagradas Escrituras y la oración, encontrará las respuestas que necesite. Sabrá que la fe es creer y confiar en quien no se puede palpar con los sentidos.

Basta de buscar cosas extraordinarias y alegrémonos de la religión perfecta que Jesús nos dejó. No hay nada más que nos haga falta, sólo basta con nuestra fe y su gracia.

Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos... ustedes

martes, 5 de enero de 2016

¿Cura? ¡Llame Ya! - Sin Pelos en la Lengua



Las estrategias de ventas evolucionan y se diversifican. Hoy podemos ver en televisión programas de ventas que promueven productos ingeniosos e innovadores a precios rebajados. Muchos han caído en las redes y compraron de esa forma, pero no siempre lo que reciben es lo que les fue ofrecido. Por eso yo me mantengo en el sistema antiguo: ir a la tienda y constatar con mis propios sentidos lo que luego voy a comprar. Así me evito desilusiones.


Es duro tener que pasar de productos materiales a dones espirituales, sobre todo cuando de comercio se está hablando. Pero la falta de sacerdotes y el gran número de fieles de la Iglesia hace muchas veces que la demanda supere a la oferta. Más cuando el individualismo hace que muchos pretendan recibir los Sacramentos a domicilio. Y es esa gran demanda lo que ha hecho que algunos avivatos se hagan pasar por sacerdotes y vayan por ahí (con tarjeta de presentación en mano) ofreciendo servicios sacerdotales a la carta.

No se sorprendan porque no es algo nuevo. Ya en tiempos de los Apóstoles hubo un mago llamado Simón que quiso comprarles a ellos sus poderes espirituales. Desde entonces se ha pretendido vender y comprar el poder sacerdotal y los dones que este produce.
Hasta Papa y obispos pretenden ser.

La lección que hay que aprender es sencilla: acérquese a su parroquia. Ahí encontrará un sacerdote legítimo que le brindará la atención que usted requiera. De seguro no será a domicilio (salvo en casos de enfermedad grave), porque la fe se vive en comunidad junto a los demás hermanos. Tenga paciencia si lo que solicita no se le brinda de inmediato, recuerde que la mies es mucha y los obreros son pocos. Rece usted por las vocaciones sacerdotales y ayude a sostenerlas. 

A no dejarse embaucar.

P. César Piechestein
elcuradetodos... ustedes