"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

martes, 23 de agosto de 2016

ESTAMOS CRIANDO CUERVOS



Hay cosas que hay que rescatar porque perderlas sería terrible. Nos enseñaron que nada bueno se alcanza sin esfuerzo, que hay que aprovechar todas las capacidades y ponerlas al servicio de los demás. Darlo todo, ser lo mejor de uno mismo, renuncia, sacrificio, capacidad de pensar más allá de las propias necesidades, principios que siguen siendo válidos pero que se pretenden dejar sólo a nivel de teorías que no se practican.

Estamos educando a las nuevas generaciones de manera dañina, no queremos premiar méritos objetivos (porque los que no los alcanzan se van a sentir mal) y por lo tanto se premia a todos o a ninguno. Tampoco se quiere sancionar o castigar porque no es bueno hacer sufrir a nadie. Se confunde la aceptación que todos merecen, con la aprobación que sólo se debe dar a los actos buenos, hágalos quien lo haga. Estamos cultivando una generación de mediocres.

A alguno le podrá parecer que exagero o que un sacerdote no debería ser tan duro. Algunos me citarán pasajes del Evangelio donde Jesús expresa su ternura. Pero a esos tales les diré que Jesús también es muy exigente y hasta duro. Basta que usted pose sus ojos sobre versículos como “Quien quiera venir en pos de mí que cargue con su cruz, se niegue a sí mismo y me siga”, “Sean perfectos como vuestro Padre Celestial es perfecto”, “Quien no está conmigo está contra mí”, “Quien pone la mano en el arado y vuelve la vista atrás, no merece ser discípulo mío”, y otras tantas perlas preciosas como esas.

Así que ya va siendo hora de tomarnos las cosas en serio. Somos responsables de la educación que estamos dando a los más jóvenes. Enseñar con el ejemplo y las palabras, mostrar que vivimos desgastándonos y enseñarles que de eso se trata la vida, es fundamental para el futuro de la humanidad. El árbol bueno da frutos buenos.

Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos… ustedes