"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

viernes, 29 de abril de 2011

Jesucristo vive aleluya !!! - Otantésimo Quinto Informe Cesarial

Mis pascuales ALA:

Finalmente nos encontramos celebrando la Pascua y seguramente la alegría que los caracteriza es aún más profunda. Jesús ha resucitado y vive en su Iglesia, haciéndonos sus instrumentos para continuar su obra en el mundo. Ojalá la cuaresma y la Semana Santa nos hayan hecho un poquito más dignos de tan alta misión. Sé que ustedes tendrán mucho que contarme sobre estos días santos, así que espero que lo compartan. Me adelanto a compartirles algo de lo que vivimos por acá.

Las Pascuas adelantadas
Como para el triduo pascual iba a estar en la parroquia, las hermanas del hogar de ancianos decidieron adelantar la fiesta. Resulta que nos armamos la pachanga pascualeña el día martes santo. Todos los abuelos se pusieron sus mejores galas, porque vendrían algunas benefactoras y había que aprovechar para "echarles los perros". Ni que decir las abuelas que hicieron trabajar a la peluquera horas extras. Una hora antes de la Misa tuvimos las confesiones, de manera que todos estuvieran "papelito". La celebración contó con la presencia de una soprano que cantaba muy bonito pero sola, porque nadie alcanzaba su tono. Después tuvimos un compartir con baile y un mercadito con los trabajos manuales que realizan los abuelos.
Un sorpresa de Adoración
Una de las gratas sorpresas en esta semana santa fue la de los primeros frutos de nuestra adoración eucarística semanal. El jueves santo, luego de la Misa del lavatorio de los pies, un buen grupo se quedó acompañando a Jesús en el Monumento. Pero la sorpresa fue que el viernes santo cuando llegué para la liturgia no me encontré la iglesia vacía. Un nutrido grupo de personas estaba en adoración y eso que aún faltaba mucho para iniciar la ceremonia. Para cerrar con broche de oro (y todo siempre en Picinisco) el sábado había que confesar. El horario era de 15:30 a 18:30 en las tres parroquias. Mientras en Pietrafitta y Settefratti sobró el tiempo, en Picinisco estuvo full, tanto que terminamos a las 20:00 (y eso que el domingo de ramos se habían confesado un montón). Yo estuve confesando también ahí el año pasado y certifico que el número de penitentes se triplicó. La compañía al Abandonado del Sagrario y la intercesión del Beato Manuel González, van dejando la impronta en esa comunidad parroquial.

Mujeres a la izquierda, hombres a la derecha
Les comparto una anécdota interesante del viernes santo. Estábamos listos para salir en la procesión y como en Guayaquil, las mujeres llevaban en hombros la imagen de la Dolorosa mientras los varones la de Cristo. Mi sorpresa fue que a la salida del templo uno que representaba a la Defensa Civil pegó un grito: "Las mujeres a la izquierda y los varones a la derecha". Y cada cual arrancó para su lado. Sin que yo pudiera hacer nada al respecto, nuestra procesión se convirtió en dos procesiones, cada una con un recorrido diverso. Lo interesante es que lo hacen por tradición. Ambas procesiones rodean el pueblo por distinto lado y se encuntran al cerrar el círculo. La idea es representar el encuentro de María con Jesús. ¡Nada mal la idea!

Dos platos de Fanesca
El domingo el Señor me tenía preparado un regalito. Esta iba a ser mi segunda semana santa sin fanesca y ya me había resignado, pero apareció "Super Juanita". Es una de las compatriotas que se reune en el Centro Ecuatoriano y que ahora también participa los jueves en la adoración eucarística de Roma. De entre todos sus atributos uno es el ser buena cocinera y no sólo que me brindó fanesca (más de dos platos) sino que estaba riquísima. No le faltaba nada ... hasta melloco tenía. Creo que fue el toque culinario que cerró con broche de oro la semana mayor.

Espero que ustedes también hayan disfrutado estos días, aprovechando cada oportunidad que la Iglesia nos brinda para profundizar en nuestra fe. Les pido disculpas por el retraso en la publicación del informe, pero tenía que adelantar algunos deberes y se me fue el tiempo. Dios los bendiga y les regale un tiempo pascual lleno de alegría y de gracias.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
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lunes, 18 de abril de 2011

Reflexionando el Evangelio: Contradicciones e incoherencias - Domingo de Ramos

Queridos Hermanos:

Hemos leído con pausa y atención la Pasión de Nuestro Señor y creo que habremos podido encontrar muchas contradicciones. Y es que solamente Jesús se mantiene siempre coherente, la unidad entre sus palabras y sus obras es evidente. Nuestra debilidad, nuestro pecado, terminan siendo la causa de nuestras incoherencias, de nuestras contradicciones.

La misma gente que recibe al Señor agitando palmas y proclamándolo como "Hijo de David", luego gritarán "Crucifícalo". Todos los apóstoles, no sólo Pedro, que en la Última Cena le habían prometido estar con Él hasta la muerte, al ver que se lo llevan preso huyen despavoridos. Cuando les pide a sus más cercanos que lo acompañen a orar, en el momento de mayor tristeza no son capaces de permanecer despiertos ni siquiera una hora. Poncio Pilatos aún sabiendo que era inocente lo condena. Como pueden ver las contradicciones se suceden una tras otra.

Sin embargo Jesús, aún con todo el dolor, el miedo y la tristeza, continua su misión. El ama al Padre y está dispuesto a todo con tal de cumplir Su voluntad. Ama a sus discípulos y a cada uno de nosotros, aún que lo dejemos abandonado. Los fariseos intentan hacerlo caer diciéndole que si es Hijo de Dios se baje de la Cruz, pero Él no se contradice. Nunca uso su poder para beneficiarse a sí mismo, y no sería esa la primera vez. Se mantuvo coherente hasta el último instante, perdonando a quienes lo sometían a semejante suplicio.

Hoy que comenzamos la Semana Santa es necesario que hagamos conciencia de nuestra debilidad, de que tantas veces hacmeos todo lo contrario de lo que decimos. Ya lo decía San Pablo "No hago el bien que quiero, sino el mal que detesto". Pero Jesús murió en la Cruz para hacer la diferencia en nuestras vidas. Ser cristiano no es una ideología, es una religión que se basa en Dios que se hizo hombre. Él asumió nuestra naturaleza humana para sanarla y hacernos capaces de la santidad. Nos ha dejado la gracia que recibimos a través de los sacramentos, para que podamos superar nuestra debilidad. La confesión nos devuelve a ella cuando la hemos perdido y sana las heridas que nos infirió el pecado. La Eucaristía, que es el mismo Cristo, nos nutre y nos asemeja a Él.

Cristo murió en la Cruz para salvarnos, para darnos la capacidad de ser mejores, de ser coherentes. Ya no somos simples pecadores pues Él nos hizo hijos de Dios, herederos del Cielo. Vivamos como lo que somos y dejemos atrás las contradicciones.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
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sábado, 16 de abril de 2011

Con alegría en el corazón - Otantésimo Cuarto Informe Cesarial

Mis alegrìsimos ALA:

Me imagino que con la Pascua tan cercana estaràn todos muy alegres, y no podrìa ser de otra manera. Imagino que no serà porque ya tienen listas las maletas para el viaje en el “feriado”, sino porque ya tienen todo listo para las misiones o la participaciòn en las ceremonias litùrgicas. Por acà seguro que seràn, como de costumbre, unos dìas intensamente espirituales, pero tambièn de mucha labor pastoral.

Segunda convivencia en Picinisco
Nuestra tarea pastoral eucaristizadora tuvo el ùltimo fin de semana y por segunda vez el refuerzo de las Misioneras Eucarìsticas de Nazaret. Sor Marìa Cristina y Sor Marìa Gladys, ya conocidas por nuestros piciniscanos, fueron nuevamente acogidas por los chicos del catecismo, los jòvenes y los que ahora se autodenominan “Adoradores”. El momento màs fuerte del sàbado fue la Hora Santa, que aunque con alguna contrariedad (falta de mùsico), fue el plato fuerte. Lo concluìmos con la procesión, que en esta oportunidad fue un poco màs larga y con menos frìo, porque la primavera nos tratò mejor que el invierno. El domingo la presencia en la convivencia fue màs numerosa que la primera vez y ademàs perseverante.

Reflexionando con los compatriotas
Ayer tuvimos nuestra tercera Hora Santa con los hermanos del Ecuador que residen en Roma. Creo que entre la compañía de Jesùs Sacramentado y la naturaleza acogedora que nos caracteriza, ràpidamente estamos creando entre nosotros una linda amistad. Nos habìamos puesto el reto de, al terminar la Hora Santa, hacer una pequeña reuniòn para reflexionar el Evangelio. Confieso que no tenìa mucha esperanza de que se quedaran, pero se quedaron casi todos. Con la compañía de Sor Marìa del Carmen y del padre Fredy pudimos profundizar en el mensaje que nos proponìa el pasaje de San Juan. Creo que poco a poco el Señor nos harà crecer cuantitativa y cualitativamente. Espero poder contar con vuestras oraciones.
 
Mi beato tocayo
El jueves en la mañana una de las monjitas del hogar de ancianos me comentó que el viernes se celebraba al Beato César. La verdad es que la noticia era nueva para mi, pero me causó alegría. Una vez en casa y haciendo uso del bendito Google me enteré de la historia de este santo sacerdote. Me llamó la atención que además de ser "colegas" en el ministerio sacerdotal, también nos identificáramos en el amor por la catequesis. Creo que de ahora en adelante me encomendaré a su intercesión, sobre todo cuando vengan tiempos difíciles, porque se nota que a él le tocaron tiempos duros de la vida de la Iglesia.

Les deseo desde lo más profundo de mi corazón una santa y fructífera Semana Mayor. Que el domingo de Ramos nos recuerde lo importante de reconocer a Cristo como nuestro Rey y lo necesario de que nuestra fe sea siempre públicamente manifestada. Desde Roma los abrazo con todo cariño.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
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viernes, 15 de abril de 2011

Hoy es mi onomástico, les presento a mi tocayo :

BEATO CÉSAR DE BUS, Presbítero y fundador († 1607)

César fue el fundador de la Congregación de Padres de la Doctrina Cristiana. Nació en Francia, en el pueblo de Cavaillón, a 30 kilometros de Avignon, el 3 de febrero de 1544. Su familia era rica y piado­sa. Y ya se sabe que muchas veces, cuando la familia es rica y piadosa, los hijos suelen salir bastante balas y descreídos. Por eso, no es extraño que César, en su juventud, fuera un poco descalabrado; en buenas lenguas, se había olvidado un poco del buen camino. Bueno: un pirata.

Pero esta gente que empieza mal suele tener un momento de reflexión (nosotros la llamamos conversión) y da media vuelta a la vida, y a veces violentamente, llamando la atención sin pretenderlo

Esto les ha pasado a muchos. Sería muy larga la lista de san­tos que hicieron esto. Y no vamos a empezar hablando de Ca­milo de Lelis, que era un jugador empedernido y perdió hasta la camisa en Roma.

¿Cómo dio este cambio nuestro amigo César? De forma ta­jante, radical, como lo suelen hacer los jóvenes. Ojalá hoy tuvié­ramos muchos de éstos. Se dio cuenta de que estaba haciendo el ridículo; que, a los ojos de sus padres y a los suyos propios, era un calamidad integral; de que había que aprovechar mejor la vida; que no merecía vivir haciendo el payaso. Y se entregó a Dios con un ardor increíble.Y empezó una vida distinta: vida solitaria, de reflexión, de meditación de las Sagradas Escrituras, de cuidado a los enfer­mos y los pobres. Y entregó sus bienes y toda su persona al rei­no de Dios. «Vende lo que tienes, ven y sígueme».

Pasaron unos años y cuando tenía 42 recibió el sacerdocio en su pueblo, Cavaillón. Sus gentes estaban conmovidas por el cambio que había dado César. Es que nunca se acostumbra la gente a ver estos cambios tan radicales. Eso pasó en casa de San Ignacio de Loyola, y de tantos otros.

Y como siempre, se puso a enseñar la doctrina cristiana a ni­ños y pobres. Y se le juntan unos amigos y forma dos congre­gaciones, de mujeres y de hombres. Y se dedica al estudio de la doctrina católica que en aquel momento estaba tan atacada por toda clase de opiniones protestantes.

Tampoco le faltaron tribulaciones y penas: dolores del cuerpo y angustias del alma. Y se quedó ciego a los 50 años. Pero, ciego y todo, no dejaba de trabajar, de animar a todos, de vivir dando ejemplo de virtud. Repetía una oración compuesta por él:

Sin luz en mis ojos
y lleno de dolores,
la cruz es mi delicia,
la cruz es mi luz

Y entre tantos males del alma y del cuerpo, tuvo la inmen­sa satisfacción de ver aprobada su congregación por Clemen­te VIII (antes obispo de Avignon) el 27 de junio de 1598.

Murió el 15 de abril de 1607, en la fiesta de Pascua, cuando tenía 63 años de edad.

Todos le tenían por un santo. Se introdujo la causa de beati­ficación el 18 de enero de 1686. Y cuando se hablaba de sus he­roicas virtudes, todos se referían en especial a su enamorada de­voción a María.

Hubo muchas discusiones a cuenta de sus milagros. Con­flictos en las curias episcopales y en Roma. Pero después de muchos años, Pablo VI lo beatificó el día 27 de abril de 1975. Y dispuso que los cristianos celebraran su fiesta el día 15 de abril de todos los años.

Ya hemos dicho que la vida de César transcurre en Francia entre los años 1544 y 1607. ¿Saben nuestros amigos qué fechas tan críticas fueron aquéllas? Las tenemos que repasar si quere­mos comprender la importancia de nuestro biografiado. Vea­mos: 1517-1546, revolución de Lutero; 1540, Compañía de Jesús; 1545-1563, Concilio de Trento. Todos estos hechos influ­yeron en la vida de César.

Vemos a César metido en la fundación de la congregación que atiende a los más pobres de la sociedad. Pero debemos te­ner en cuenta que otros muchos santos, deseosos de darlo todo para la Iglesia, también hicieron cosas parecidas. Esto no quita mérito a nuestro amigo, sino que fortalece su idea genial. No fue uno solo el que se lanzó con esta iniciativa; fue un ramillete de gente santa que respondió con generosidad al momento gra­ve que se estaba viviendo en la Iglesia de Cristo. ¡Ojalá en nues­tros días salieran santos de esta categoría! Falta, la verdad, ya hace.

En Italia, Carlos Borromeo, muerto en 1584, y San Felipe Neri. En España, Ignacio de Loyola; San Bartolomé de los Mártires (muerto en 1590), fray Luis de Granada; San Pedro de Alcántara; Teresa de Jesús; Juan de la Cruz; Juan de Dios. En Suiza, Francisco de Sales, muerto en 1622.

Y fundaciones nuevas: Mateo de Bascio, funda los capuchi­nos en 1528, con Clemente VIII. Aparecen las capuchinas, fun­dadas en Nápoles en 1538, por María Laurencia Longa. En Francia, Vicente de Paúl. Los teatinos son de 1524, buscando la reforma del clero. Los funda San Cayetano de Tiene y se dedi­can también al cuidado de los enfermos. Y nacen los barnabi­tas, oratorianos, lazaristas, la congregación de San Sulpicio, los redentoristas, los oblatos de San Ambrosio.

Para educar a los jóvenes, nacieron congregaciones como los clérigos de Somasca (1526), los hermanos de la Doctrina Cristiana de San Juan Bautista de La Salle; los escolapios de San José de Calasanz, español (1600); las salesas, que en un princi­pio se dedicaban a la enseñanza de la juventud, de San Francis­co de Sales (1610); las ursulinas de Santa Ángela de Merici (1537); las jesuitinas (1703). En este grupo entra la congrega­ción de César de Bus, de los Padres de la Doctrina Cristiana (1592).

Y para el cuidado de los enfermos nacieron los camilos, de San Camilo de Lelis (1585), y las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paula (1668). Y los Hermanos Hospitalarios de San Juan de Dios (1572).

Pero no sólo se fundaron congregaciones nuevas, sino que se reformaron las antiguas. Así, los carmelitas, los trapenses y la congregación de San Mauro.

Es decir: una verdadera revolución que afectó a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que vivieron en aquellos años. Años de envidia, porque surgieron verdaderos monumen­tos de santidad en la Iglesia de Dios.

Uno desearía que, en nuestros tiempos de tantos cambios y tantas revoluciones culturales, surgieran como entonces gigan­tes de la santidad capaces de dar un rumbo cristiano a la socie­dad de nuestro tiempo.

FÉLIX NÚÑEZ URIBE

domingo, 10 de abril de 2011

Reflexionando el Evangelio: La salvación primero - Domingo V del Tiempo de Cuaresma

Queridos Hermanos:

Hablando de la resurrecciòn de Làzaro me decìa alguien que era la prueba de que quien tiene padrino se bautiza. Me lo decìa porque habìa sacado la conclusiòn de que el Senior habìa hecho el milagro por la amistad que lo unìa a Làzaro y a sus hermanas. Si nos quedàsemos en una lectura superficial de los hechos podrìan tambièn nosotros convencernos de semejante afirmaciòn, pero el Evangelio debemos leerlo en profundidad.

Ya desde el inicio del pasaje Jesùs deja en claro cuàl era el objetivo de la muerte de Làzaro, es decir, la gloria de Dios. Jesùs podìa haber llegado a Betania antes de la muerte de su amigo, sin embargo esperò dos dìas para ponerse en marcha. El amor particular que Jesùs tenìa por Làzaro era mucho menos importante que el amor por la humanidad en general, de la cual Làzaro tambièn forma parte. A travès de la resurrecciòn del amigo, Jesùs logra suscitar la fe en muchos judìos, tant que luego los fariseos querìan asesinar a Làzaro porque por su causa muchos reconocìan a Cristo como Mesìas. 

Como sacerdote nos toca siempre estar dispuestos a escuchar. Algunas personas que se han alejado de Dios lo han hecho porque se sintieron olvidadas del Senior, no escuchadas en sus peticiones o necesidades. Quizàs la màs profunda de estas heridas se da cuando de por medio està la muerte de un ser querido. Son frecuentes los “por què” sin una explicaciòn satisfactoria.

Y es que aùn no hemos entendido que sòlo hay una cosa importante para Dios: nuestra salvaciòn. Y es tan importante que ha sacrificado a su propio Hijo por ello. Todo lo que Dios ha hecho y hace persigue un ùnico objetivo, una sola meta. Cierto que la muerte no estaba en el plan de Dios porque es màs bien una consecuencia del pecado. Pero tambièn es cierto que a todos nos llegarà el dìa en que nuestro tiempo en este mundo terminarà.

Se nos va terminando la cuaresma y con ella este tiempo de gracia especial. Es importante que recordemos nuestra razòn de ser, que es hacer la voluntad de Dios, sabiendo que Su voluntad es que todos los hombres se salven. Esta debe ser nuestra principal preocupaciòn cotidiana: alcanzar nuestra salvaciòn y ayudar a los demàs a conseguirla. De todo lo demàs se encargarà Jesùs.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
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sábado, 9 de abril de 2011

Una preocupación amazónica - Otantésimo Tercer Informe Cesarial

Mis vacacionados ALA:

Sé que algunos se están quejando porque las vacaciones tocan a su fin, mientras que otros se lamentan del trajín de los preparativos para el comienzo de clases y de los descalabros económicos que significan las matrículas y las listas de libros. Por acá, en cambio, nuestra preocupación va creciendo porque se acerca el fin del año escolar y con él los exámenes y los trabajos que hay que entregar. Como dijo nuestro Señor: cada día tiene su afán. Para quejarnos menos basta con mirar más allá de nuestras fronteras y ver cuántos países están en guerra o sufriendo calamidades naturales, ellos sí que tienen razones de peso para quejarse. En todo casos nuestras incomodidades nos pueden servir muy bien como penitencia en esta recta final de la cuaresma.

Vida de seminarista
Creo que son muchos los que añoran sus tiempos colegiales, ya en cambio añoro los del seminario. Es casi fantástico poder convivir durante tanto tiempo con otros jóvenes que también han sido escogidos por Jesús para servirle en el sacerdocio. Pero ese tiempo ya pasó para mi, ahora disfruto el poco tiempo que puedo compartir con los que aún son seminaristas.

Ministerio de David
La semana pasada pudimos participar de la Misa en la que David Padilla, seminarista de Guayaquil, recibió el ministerio de lectorado. Estuvimos todos, seminaristas y cura (porque por ahora soy el único guayaquileño). Al final la sesión fotográfica y luego un “refresquito” en el seminario. Y fue allí, que entre sánduches y empanadas, me vengo a enterar de la “ultima”. Y es que era ya oficial el anuncio del nuevo obispo de la diócesis de Ibarra.

De Guayaquil a Ibarra
Es histórica la relación entre las diócesis de Guayaquil e Ibarra. Algunos de nuestros obispos han servido en ambas. Monseñor Antonio Arregui así como Monseñor Juan Larrea, antes de ser arzobispos de Guayaquil, fueron obispos de Ibarra. Ahora Su Santidad ha escogido a uno de nuestros obispos auxiliares, Monseñor Darío Maggi, como sucesor de Monseñor Julio Terán en la sede de la “Ciudad blanca”. Yo que, aún siendo de Guayaquil, llevo también en el corazón a Ibarra que fue la que me preparó al sacerdocio, me he pegado un alegrón.

Antes de Ibarra, Roma
Y antes de tomar posesión de su nueva diócesis, Monseñor Darío debía presentarse a saludar a nuestro Santo Padre. Así que durante ésta semana lo tuvimos por acá. Justamente el jueves estuvimos celebrando la Santa Misa en la basílica de San Pedro. Monseñor escogió justamente el altar en el que reposan los restos del Beato Juan XXIII, que resulta que era su paisano. Allí estaban también los seminaristas de Guayaquil, Ibarra y Manabí. Luego de las clases nos volvimos a encontrar para almorzar. Monseñor nos puso al día en las noticias de la Iglesia en Ecuador, especialmente con respecto a la situación en el vicariato de Sucumbíos. Nos prometió regresar pronto y ya estamos esperando la visita.

Me he quedado muy preocupado con el problema en Sucumbíos. Creo que debemos unirnos en la oración para que nuestra Iglesia no se debilite por las divisiones y que no seamos motivo de escándalo para nadie. Los invito a ofrecer nuestras comuniones de esta semana con esa intención.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
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miércoles, 6 de abril de 2011

Sin Pelos en la Lengua - Cristianismo incoloro, inodoro e insípido.

Hace unos días me contaron una anécdota, digamos pedagógica por no ponerle un adjetivo que pueda ofender a alguien.

Resulta que una parroquia había recientemente cambiado de párroco. El párroco anterior ya muy anciano y enfermo hacía tiempo que se veía limitado sólo a celebrar la Santa Misa y a confesar. Sus achaques le impedían hacer las demás tareas que como pastor de una comunidad le correspondían. Era tiempo de darle espacio para descansar y una tarea más acorde a sus años. El obispo nombró como nuevo párroco a un sacerdote joven.

Este padrecito no se estaba nunca quieto. La energía y el entusiasmo de su ministerio recién estrenado lo mantenían al pie del cañón. Además de la Misa y las confesiones, visitaba los hogares, organizaba la catequesis, se paseaba por las escuelas, por los parques y hasta por el hospital que estaba cerca de su parroquia. Es decir que sus feligreses lo veían “hasta en la sopa”.

Después de unos meses se escuchó el lamento de una señora entradita en años: “Como extraño a nuestro párroco anciano. Ese es el sacerdote que necesita esta parroquia, uno que no ve, no oye y no habla.”

Para muchos cristianos ese es el ideal. Me hago eco del dicho, que según yo está muy mal dicho, “Si de la vida quieres gozar: ver, oír y callar”. Si fuese correcto ¿donde dejaríamos entonces la misión profética que recibimos en el bautismo?

Delante del error el cristiano debe reaccionar. Recuerdo como, antes de la aprobación de la nueva constitución en Ecuador, monseñor Antonio Arregui alzó la voz para denunciar que incluía leyes contra la moral cristiana. Hoy cuando se promueve en todo el país una campaña que promueve la inmoralidad y la muerte, siguen siendo nuestros pastores los primeros en hacer escuchar la voz de la Madre Iglesia, que defiende a sus hijos. Y nosotros no podemos quedarnos callados, porque el silencio nos hace cómplices.

No existe el cristianismo incoloro, inodoro e insípido. Somos sal de la tierra, luz del mundo y fermento en la masa. Dios nos llama a ser profetas, portadores de Su mensaje.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
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Hermosa canción, hermosos recuerdos ...

domingo, 3 de abril de 2011

Reflexionando el Evangelio: Ceguera Espiritual - Domingo IV del Tiempo de Cuaresma

Queridos Hermanos:

No hay peor ciego que el que no quiere ver. Es la conclusiòn que nos deja el Evangelio de este domingo. Frente a un milagro evidente, la curaciòn de un ciego de nacimiento, los prejuicios que tenìan los fariseos con respecto a Jesùs son suficiente razòn para negar lo que era imposible de ignorar. Sin embargo sabemos por experiencia personal, que la soberbia es capaz de transformarnos en necios, dispuestos a defender hasta lo màs absurdo, con tal de salir “ganando”.

La ceguera espiritual, causada por la soberbia, sòlo puede ser superada a travès de la apertura a la acciòn de Dios en nosotros. La clave es esa docilidad, porque sin ella permanecemos ciegos. El ciego de nacimiento no sabìa desde el principio quien era el hombre que lo habìa curado. En un primer momento sòlo sabia que se llamaba Jesùs. Luego afirma que es un profeta, sòlo al final cuando reencuentra al Señor y habla con Él, comprende que es el Mesìas, Dios hecho hombre y se postra a adorarlo. 

La diferencia entre los fariseos y el ciego es que los primeros no estuvieron abiertos, su manera de pensar, su autosuficiencia, su soberbia, les impedìan ver la verdad; el ciego, simple y humilde, deja entrar en èl aquel mensaje que lo lleva a la fe en Cristo.

Hoy vemos cada dìa y en abundancia los frutos de la soberbia. Quizás en este momento podrìa poner como ejemplo la guerra en Costa de Marfil, donde el capricho de uno ha producido una guerra, con toda la muerte y el sufrimiento de inocentes que esa produce. El divorcio, la enemistad, la corrupciòn, la venganza, etc, son todos siempre frutos de la soberbia.

Dios nos invita hay a imitar el ejemplo del humilde ciego. No sòlo obtuvo la vista corporal, sino la màs importante, la vista espiritual. Su apertura a la acciòn y a la Palabra de Dios, le diò un giro completo a su antigua vida de mendigo. Nosotros también podemos dar ese cambio si nos dejamos guiar por Cristo. Basta nuestra disponibilidad y la sencillez de quien se quiere dejar moldear por el mejor de los artesanos.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
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sábado, 2 de abril de 2011

A seis años de la muerte de Juan Pablo II

Buscándole compañía al Abandonado - Otantésimo Segundo Informe Cesarial

Mis asoleados ALA:

Tengo entendido que, mientras por acá estamos inaugurando el tiempo primaveral, por allá están en plena temporada de playa. Sé que también falta la lluvia, pero no podemos olvidar el viejo adagio de “Abril, agua mil”. Quizás se cumpla y la sequía se transforme en un chaparrón, de esos que lo remojan todo.

Una primavera explosiva
La verdad es que, como afirma Mafalda, la primavera es el tiempo mejor promocionado del año. Por acá te encuentras flores por todo lado. Y que conste que no hablo del campo, ni de la montaña. En plena ciudad de Roma te encuentras con lugares que son un “escándalo” de primavera. Les adjunto la foto de un árbol que está justo en frente de la parada del tranvía que tomo a diario. Como podrán apreciar no tiene ni una sola hoja … es todo flores.

Un aventurero de visita en la parroquia
Mi querido amigo, el padre Ildefonso, uno del cuarteto de “los aventureros”, visitó la parroquia el fin de semana pasado. Con el buen humor y la amabilidad que lo caracteriza, compartió todos los momentos: la celebración de la Misa, la catequesis, la reunión con los jóvenes y la adoración. Nos la pasamos muy bien. Siempre es emocionante compartir otro espacio que no sea el salón de clases con los amigos sacerdotes.

Buscándole compañía al Abandonado
Siguiendo las huellas del Beato Manuel González trato de aprovechar todas las oportunidades para encontrarle compañeros a Jesús Eucaristía. El domingo luego de regresar de la parroquia tenía una cita con la comunidad de ecuatorianos. Iba ya con toda la “artillería” preparada. El plan era justamente proponerles hacer una Hora Santa semanal en la Iglesia de las Misioneras Eucarísticas. Gracias a Dios todo salió bien y el jueves pasado nos reunimos a las 18:30 para estar con Él. Entre las religiosas y los ecuatorianos estuvimos nada menos que 16 personas. Tengo la esperanza de que no falte la perseverancia y que poco a poco seamos más. Les encomiendo ésta intención y sobre todo que la pongan el jueves, durante su Hora Santa.

La verdad es que siempre hay mucho por lo que orar. Las guerras no se detienen y el peligro nuclear aumenta. Los invito a pedir la intercesión de nuestro querido Juan Pablo II, que tanto luchó por la paz y la justicia en el mundo.
Hasta el Cielo.

P. Cèsar Piechestein
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