Atentos y bien dispuestos para recibir a Cristo |
No nos debe suceder como a la gente en el tiempo de Noé, que "no se dieron cuenta" (Mt 24,39) sino hasta que vino el diluvio. El Señor nos quiere preparados, atentos y bien dispuesto para cuando Él regrese en Gloria.
El Evangelio de Mateo toca un punto con insistencia y es el de la elección. Dice que cuando llegará el Día del Juicio, unos serán tomados y otras dejados, unos elegidos y otros abandonados.
Ciertamente la condición y características de los escogidos ya las había explicado tantas veces el Señor: cumplir los mandamientos, hacer la voluntad del Padre, amarlo sobre todo y amar al prójimo como a sí mismo, perdonar siempre, etc.
Hoy que comenzamos el tiempo del adviento Jesús nos vuelve a llamar la atención porque Él no quiere tener que abandonar a nadie, porque a todos nos ama y por todos ha dado su vida. No podemos vivir un cristianismo lánguido, una fe rutinaria o zombie, hemos de ser sal, luz y levadura.
Cuando uno se inscribe en una competencia se entrena, se prepara para tener oportunidad de ganar. La vida presente es nada menos que un entrenamiento constante, sin recreos ni vacaciones, siempre en alerta porque el momento menos pensado tendremos que vencer. En este partido no hay posibilidad de revancha, ni repechaje, o somos del equipo de los elegidos o del de los abandonados.
Comencemos este tiempo bien despiertos, con los ojos de la fe abiertos de par en par. Cristo nos espera, Él mismo es nuestro "entrenador". Cuando venga a establecer su Reino escogerá su equipo, su selección y seremos parte de ella solamente si estamos "en forma".
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes
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