"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

miércoles, 6 de agosto de 2014

De la tierra al Cielo - La mega fiesta

Hace pocos días tuvimos una pequeña parrillada con algunos grandes amigos, de esos de toda la vida. En un abrir y cerrar de ojos la casa estaba repleta de gente, con mucho ruido, muchos hijos y mucho humo claro. Contemplando tan alegre cuadro y volviendo a saborear cada uno de los abrazos y los besos recibidos como saludo y muestra de la alegría del reencuentro, me puse a imaginar cómo será la más grande de las fiestas.
Doña Perse cuando disfrutaba del mar.

Y es que aunque no sabemos la fecha en que se celebrará, sabemos que el día llegará. Los anfitriones la están preparando desde siempre y el Hijo nos ha prometido que será memorable. Habrá muchos motivos para festejar, pero yo siempre me detengo en el que más me entusiasma: el reencuentro. Sólo pensar en volver a abrazar a tantos que ya hace tiempo que no veo, porque se fueron lejos o porque murieron, me hace mucha ilusión.

Algunos quizás no estén de acuerdo conmigo. Ciertamente lo más importante ese día será encontrarnos con el Padre y el Hijo y el Espíritu Santo, los anfitriones, los que han hecho todo esto posible, pero yo ya me siento en comunión con ellos. Los amo y me aman y de seguro en esa fiesta eterna esa comunión será mucho más perfecta, pero no logro imaginarme como sería. Sin embargo  sí me imagino volviendo a abrazar a doña Perse y a Nino, a la Tata y a tantos otros que ya no están. Es maravilloso pensar en ese reencuentro.

Vale la pena pensar y añorar algo que sucederá, algo que Dios nos ha prometido. Nuestra esperanza no será defraudada y el anhelo que hoy tenemos de esa fiesta, no sólo nos permite encontrar consuelo ante la muerte, sino que nos alienta a ser fieles para poder ser también parte de ese gran reencuentro.


Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
@elcuradetodos ... ustedes

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