"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

miércoles, 13 de enero de 2016

Anticristos del Siglo XXI - Sin Pelos en la Lengua



Dice la sabiduría criolla que más rápido cae el mentiroso que el ladrón, pero la verdad es que existen mentiras y mentirosos que ya peinan muchas canas (y existen mentirosos que además son también ladrones). Lo cierto es que aunque a veces tarde, la verdad siempre triunfa y eso es lo que cuenta.

A algunos les ha sorprendido mucho que hoy se hagan públicas las imágenes de algunos que se hacen pasar por sacerdotes, obispos y hasta Papas católicos sin serlo y quizás tienen razón de admirarse. Pero no lo harían si supieran que el engaño tiene ya más de una década de estar presente en esta zona del planeta. Ya lo decía San Juan "Salieron de entre nosotros; pero no eran de los nuestros. Pues si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros." (I Juan 2,19)

A nadie sorprende ya la gran diversidad de grupos religiosos existentes. Todos con sus especificidades, distintos y con su identidad propia. La novedad con los señores en cuestión es que asumen la identidad de la Iglesia Católica (aunque ellos están conscientes de no pertenecer a la misma) para aprovecharse de la ingenuidad de muchos fieles en momentos tan dolorosos como la muerte de un ser querido. En eso radica el problema y es necesario sacarlo a la luz.

Por lo tanto no hay de qué sorprenderse, la cosa no es nueva. Ya en los tiempos de los Apóstoles existían personas de este tipo a quienes San Juan llamaba “Anticristos” y con justa razón (primera y segunda epístolas de San Juan). Hay que rezar por ellos y recordarles que la mentira tiene patas cortas y que Jesús es el Camino, la VERDAD y la Vida. Si decimos seguir a Cristo hemos de vivir siempre en la verdad.

Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos...ustedes

1 comentario:

  1. Muchas bendiciones Padre.
    Necesitamos mas sacerdotes así celosos de la iglesia de Cristo así como los celos de mi Jesús como cuando sacó a látigo a los mercaderes que estaban en la casa de nuestro Padre.

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