"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

martes, 13 de marzo de 2012

Sin Pelos en la Lengua - Jesús ¿profesor o Maestro?

Hace unos días me plantearon una pregunta que, a simple vista, se podía responder rápidamente: ¿Jesús es Maestro o profesor? Por supuesto que la respuesta será siempre “Maestro”, pero había que responder también por qué.

Muchos (hace tiempo también yo) buscan encontrar respuestas en Jesús. Su Palabra se convierte en el libro de los buenos consejos, donde encontrar la luz para poder llevar una buena vida. Hay quienes tienen por costumbre abrir la Biblia y leer el primer pasaje que encuentran, convencidos de que haciéndolo de esa manera, encontrarán la respuesta a su pregunta cotidiana. 

Es verdad que Jesús, a través de su mensaje, nos orienta e ilumina nuestra vida. Pero Jesús es mucho más que un profesor, que un catedrático del buen vivir. No es lo mismo dar un buen consejo que dar la Buena Nueva.

Jesucristo es la Buena Nueva del Padre. Su mensaje nos libera, nos muestra el camino de la salvación. Es el Maestro que nos invita a ser sus discípulos, asumiendo su estilo de vida. No nos llama sólo a ser buenos seres humanos, sino a ser santos. 

Yo también pensaba que Jesús era el mejor de los profesores, el mejor de los consejeros. Pero un día me enseñaron que no bastaba con leer la Biblia y ser una buena persona (o como dicen muchos “no hacerle mal a nadie”). Seguir al Maestro es lo que cada cristiano está llamado a hacer y a ser. Sólo cuando pasamos de ser simples espectadores de la Palabra, a participar de la historia de la salvación de la que ella habla, es que podemos comprender que Jesús no es un profesor.

Y será entonces cuando también predicaremos la misma Buena Nueva que anunció el Maestro, como lo hicieron los Apóstoles y lo han hecho los discípulos de Jesús a lo largo y ancho del mundo, durante dos mil años. Es hora de que tú también participes.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes

1 comentario:

  1. ASI ES PADRE, LA PALABRA DE DIOS NO SOLO HAY QUE LEERLA SINO HACERLA VIDA, DAR TESTIMONIO DE LA PRESENCIA DE DIOS EN NUESTRA VIDA, DEJAR DE SER ESPECTADORES Y CONVERTIRNOS EN ACTORES COMO VERDADEROS HIJOS DE DIOS PARA ALCANZAR LA SANTIDAD.

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