"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

viernes, 22 de junio de 2012

Sin Pelos en la Lengua - No sólo buenos consejos


Cada día nos presenta nuevos desafíos, dilemas y problemas, exigiendo de muestra parte respuestas y decisiones. Muchas veces ante las dudas, recurrimos a alguien que nos pueda aconsejar y, de seguro, es algo muy sensato hacerlo. Sin embargo hay que tener cuidado porque el ansia de encontrar respuestas nos puede empujar a buscar consejo en el lugar incorrecto, agravando nuestros problemas y creando nuevos. Revistas, servicios telefónicos, sitios online y todo un conjunto de medios “anónimos” y muchas veces poco confiables nos pueden tentar con sus fórmulas de solución instantánea, haciéndonos creer que resolveremos todo con una receta infalible.
Ante los problemas cotidianos lo primero que se debe hacer es mantener la calma, porque se piensa mejor con “cabeza fría”. Los que tenemos fe y sabemos que Dios es todopoderoso nos dirigimos a Él y sabemos que su Espíritu nos llevará por el camino mejor. Con paciencia y prudencia, junto al buen consejo de una persona sabia se puede ir resolviendo de a poco cualquier situación.

Pero el objetivo de ésta reflexión no es precisamente dar un consejo, sino hacer una aclaración. A veces, precisamente por lo complicado del mundo actual, muchos buscan las soluciones a sus problemas cotidianos en la Iglesia. Quiero ser más claro, no sea que me explique mal. Es bueno buscar consejo en la Iglesia, confiar en un sacerdote o un laico maduro y bien formado, pero la Iglesia es mucho más que un centro de consejería.

La misión de la Iglesia es la salvación de las almas y lo hace anunciando el Evangelio y administrando los Sacramentos. Es decir que dedica todos sus esfuerzos a transmitir la Buena Nueva, los buenos consejos son sólo una guía, una ayuda.

Mañana, cuando te lleguen los líos diarios, piensa en la Iglesia como madre y  maestra. La madre no sólo da buenos consejos, te brinda toda su sabiduría en todo momento, te alimenta con su Eucaristía, te sostiene a través de los hermanos en la fe y la oración. En fin, procura mucho más que la solución de tus problemas, la solución de tu vida, tu felicidad.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes

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