"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

martes, 2 de agosto de 2011

El Evangelio de hoy - La lección de San Pedro.

Siempre me "mueve el piso" la experiencia de San Pedro que camina sobre el agua. Es verdad que sòlo fue un momento y que luego empezò a hundirse, pero lo hizo. Aunque su fe no fue lo suficientemente fuerte como para mantenerse sobre el agua, su valor fue lo suficientemente grande como para hacerlo salir de la barca y comenzar a caminar.

Mientras reflexionaba sobre este momento singular en la vida del primer Papa me vinieron a la mente datos de la vida de algunos santos. Creo que todos aquellos que hicieron obras grandes tuvieron que dar ese paso, ese lanzarse fuera de la barca hacia algo que parecìa tan imposible como caminar sobre las aguas. Es verdad que tuvieron muchas dificultades y hasta persecuciones, pero de la mano de Jesùs no se ahogaron, al contrario, salieron a flote junto a sus grandes obras, que en realidad eran obras de Dios.

Nadie creyò en Santa Teresa de Jesùs y San Juan de la Cruz cuando se propusieron renovar la orden del Carmen y no sòlo que lo hicieron, sino que fueron los propulsores de la llamada "Contra-reforma" que renovó la espiritualidad de la Iglesia de su tiempo. San Francisco, San Juan Marìa Vianney, San Vicente Ferrer, San Juan Diego, la misma beata Madre Teresa de Calcuta, todos los santos han sido gente ordinaria que de la mano de Cristo ha hecho obras extraordinarias. Ha sido Jesùs quien lo ha hecho a travès de ellos, comenzando por ellos mismos, por su propia santificaciòn. Porque la obra depende tambièn del instrumento.

Cuàntas veces nos hemos de verdad preguntado què es lo que Dios espera de nosotros y cuàntas veces frente a lo que nos pide nos hemos acobardado? Sin embargo El nos sigue llamando a hacer cosas grandes y es evidente que el mundo necesita siempre de esas grandes obras que lo vayan iluminando. Basta que alguien de un paso fuera de la barca, alguien que como Pedro, tenga el valor para pensar que es posible caminar sobre las aguas. Ya despuès serà Jesùs quien nos dará su mano para que no nos hundamos. Lo cierto es que no nos la darà para sacarnos de la barca, ese primer movimiento debe ser iniciativa nuestra.
Hasta el Cielo.

P. Cèsar Piechestein
elcuradetodos ... ustedes

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