"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

viernes, 6 de mayo de 2011

De la tierra al Cielo XXXXI - Siempre pa' lante

Cuando Jesús viendo la muchedumbre dice “¿Donde nos procuraremos panes para que coman éstos?” (Juan 6,5) fueron dos apóstoles los que dieron respuesta. Sin embargo una difiere completamente de la otra y es a partir de ellas que podemos hoy hacer una profunda reflexión.

El primero en responder es Felipe: “Doscientos denarios de pan no bastan para que cada uno tome un poco.” , es decir, no hay nada que se pueda hacer, no es posible dar solución al problema, no está en nuestras manos. San Felipe se cierra a cualquier opción, no deja ni siquiera un resquicio, una posibilidad a la acción de Dios.

La segunda respuesta es la de Andrés: “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es eso para tantos?”. San Andrés es proactivo, da su disponibilidad al Señor. Es poco lo que puede ofrecer pero la da y deja a Jesús hacer lo demás. Es optimista, pero no al extremo pues no se aparta de la realidad: sólo tenía cinco panes y dos pescados. Es consciente de que lo que tiene no alcanza, pero su pregunta muestra la expectativa, la esperanza que deja entrar en juego el poder de Dios.

Ayer por la noche mientras cenaba con dos amigos nos dedicamos a analizar la situación actual. Encontramos algunas situaciones problemáticas de nuestro Ecuador que ya pintan canas y no se ve solución posible para ellas. La verdad es que me entristeció un poco todo eso. Sin embargo hay al leer este pasaje del Evangelio me sentí cuestionado. 

Creo que es a San Andrés a quien debemos de imitar. Es cierto que las cosas no pintan bien en muchos aspectos, pero también es cierto que no podemos sentirnos derrotados sin haber gastado hasta el último segundo de nuestra vida. Dios nos pide mucho y a veces parecería que sus llamadas excedieran nuestras fuerzas, nuestras capacidades. Y es así. Pero en nuestra poquedad obra Dios y multiplica nuestros “panes” y nuestros “peces”, tanto como para alimentar una multitud y que sobren canastos llenos.

Esta mañana me siento mucho mejor. Los problemas del mundo siguen ahí pero yo he recordado que soy instrumento de Dios y que Él cuenta conmigo. Me encomiendo a San Andrés para que me ayude a tener la disponibilidad que él tuvo. Y los encomiendo también a ustedes.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes

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