Mis auténticos ALA:
El mes de María nos llena de alegría, pero también de tareas y de exámenes. El final del año lectivo se aproxima y la verdad es que uno cuenta con poco tiempo y las veces en quedan libres algunos minutos lo único que uno desea es descansar. Ni me quejo, ni me excuso, simplemente les comparto los avatares de un estudiante universitario de 35 años (plátano maduro no vuelve a verde).
Dos nuevos diáconos
El pasado 8 de mayo en la basílica de San Apolinar (junto a nuestra universidad) fueron ordenados siete nuevos diáconos. Me recordó la primera ordenación diaconal, aquella en la que fue ordenado San Esteban y cuando también se ordenaron siete. La alegría fue muy grande porque de esos siete, dos eran ecuatorianos. Nuestros amigos Danny Játiva de la diócesis de Ibarra y Edwin Patín de la arquidiócesis de Guayaquil, fueron los culpables de tan grande alegría.
Bien despierto
La ceremonia fue emocionante y lo puedo asegurar porque acostumbro quedarme dormido y ésta vez estuve bien despierto, desde el principio hasta el final. El coro cantó estupendamente haciendo que la liturgia fuera aún más sentida. Nuestros diáconos estaban muy emocionados y ni que decir de nosotros, los compatriotas. También nos acompañó la madre María del Carmen, superiora de las Misioneras Eucarísticas. En ella vimos representada la figura materna, puesto que nuestras mamitas están muy lejos. Al final de la Misa nos hicimos las consabidas fotos.
Yo nací en éste país
Después de la Misa la mesa, y es que habían preparado un sabroso almuerzo en el seminario. Nos despachamos todo sin demora, porque a continuación había programa y los ecuatorianos nos teníamos que hacer oír. Nos pegamos una cantada y la canción electa fue “Yo nací en éste país”. Digamos que nos salió elegante y así conservamos intacta el autoestima. Los aplausos nos “llovieron” y hasta dicen que el rector nos hizo barra. Yo ni cuenta me di. Espero que Juan Fernando y Pamela nos disculpen.
De la ceja al ojo
Diáconos, seminaristas y un servidor estamos ya con un pie en las vacaciones. Esta semana terminan las clases y la próxima iniciaremos los exámenes, así que desde ya nos encomendamos a vuestras oraciones. Pronto tendrán al Diac. Edwin de regreso en Guayaquil y seguramente le podrán sacar el jugo. Al resto aún nos queda un año más por recorrer.
Me despido compartiendo una noticia de última hora. Me acaban de llamar mis grandes amigos Pedro Miguel y Ginger para confirmarme que la nueva miembro de la familia Collantes-Villalá es una niña. Doy gracias a Dios por la amistad que compartimos y los encomiendo.
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes
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