Mis inseparables ALA :
Sabemos que la felicidad plena sólo la alcanzaremos en la vida eterna, pero si también sabemos que quien deja padre, madre, hijos y hacienda por el Reino de Dios, recibirá el ciento por uno en esta vida y en la otra. Yo soy testigo de que es así y me atrevería a decir que es mucha más que el ciento, pues la generosidad del Señor es infinita como su amor. No puedo estos primeros diez años de ministerio sacerdotal, pero creo que basta con decirles que soy plenamente feliz. Seguiré colaborando con Dios para que todos ustedes también puedan participar de esa felicidad que sólo Dios brinda.
Novena en honor a María
Cada día y con numerosa asistencia, hemos celebrado la Santa Misa de la novena del Carmen en la parroquia San Esteban. Luego de la misma la correspondiente charla sobre las virtudes que hemos de aprender de María y que nos ayudarán a mejor servir a Dios. No puedo dejar de resaltar el fervor eucarístico de esta comunidad, donde hasta los niños pequeños (de comunión temprana) muestran un fervor al comulgar que conmueve hasta al más indiferente. Doy gracias a Dios por estas almitas que están creciendo tan unidad al Cuerpo de Cristo y que ya desde la infancia caminan con pie firme hacia la santidad.
Una serenata maternal …
Ya había escuchado algún rumor sobre una sorpresa (casi nunca logran sorprenderme) que me preparaban mi mamá y mi abuela, en complicidad con Silvia Bracho, que hizo de guitarrista (por ahí dijeron “lagartera”). Doña Isabel, con la alegría de sus noventa y un años se había arreglado para el evento. El trío había ensayado dos canciones, mismas que entonaron delante de un público selecto: mi papá y yo. Al final de tan conmovedora interpretación, Silvia leyó un poético acróstico donde plasmó su cariño por un servidor. Gracias a Dios por este primer regalo de aniversario.
Y llegó el día especial
Hasta que llegó el día de mi décimo aniversario sacerdotal. Aún me parece que fue ayer cuando me ordenaban sacerdote. Han pasado tantas cosas y han llegado a mi vida tantas personas que no podría contar. Me gustaría haber escrito mis informes cesariales desde la primera semana de mi ministerio, seguro me divertiría mucho recordando anécdotas y hechos de mis primeros pininos sacerdotales. En todo caso, desde muy temprano, amigos, feligreses, familiares y hasta los conocidos del facebook, me hicieron llegar sus felicitaciones.
Un almuerzo especial
Me gusta insistir a las parejas jóvenes sobre la paternidad numerosa, pues estoy convencido de que tener hermanos nos da fuerza a todos. Así aprendemos a compartir y a repartir, a colaborar y hasta a pelear con altura, pues en familia la sangre cuenta. A mis hermanos los quiero mucho, cada uno es especial, pero si duda mi relación con mi hermana menor es singular. Decidí que era con ella que quería compartir más tiempo el día de mi aniversario. Nos reunimos en el Policentro y paseamos un poco. Luego (para variar) nos fuimos al mall. Almorzamos y charlamos largamente. Yo, que no andaba de mi mejor humor, encontré en ella palabras de ánimo. Cabe recalcar que más de una vez me ha retado y no de buenas maneras. Pero ese día tuvo las palabras exactas y me ayudó a comprender mejor ciertas situaciones, que aunque como no puedo cambiar, es mejor saberlas aceptar.
A mi parroquia
Aunque ya no soy párroco de San Esteban, todavía la siento mía. Todo estaba listo para la Misa de la fiesta. La Virgen arreglada que parecía novia y la gente que ya separaba sus puestos. Familia, amigos, ex feligreses de mis anteriores parroquias, todos allí. Presidió la Misa Monseñor Darío Maggi, y concelebró mi amigo el padre José Manuel Delgado. También entre los monaguillos, resaltaba por su estatura, mi querido André Ulloa. El coro se lució e inició la Misa con la canción que, meses atrás, compusieran para mi despedida.
Y el programa …
No podía faltar el programa, con números artísticos, declamaciones y música. Como siempre se lucieron los jóvenes, que con canciones y hasta representación en mimo, nos hicieron pasar un bello momento. Y de recuerdo: una gigantografía con las fotos de todos. Así los tengo siempre presentes, aunque es así con o sin las fotos.
Un bautizo en comunidad
Ya de tiempo atrás (antes del nacimiento) me habían prometido el honor de bautizar al primogénito de mis amigos Patricia y Cristian. El sábado en la mañana, en la Iglesia de Ntra. Sra. De la Alborada le dimos la bienvenida a Cristian Miguel.
Sin baile no hay festejo
Quedó programada para el día siguiente nuestra Fasupa (farra sumamente pastoral). Después de una tarde de juegos de integración, con niños y jóvenes, y habiendo participado en la Santa Misa, nos reunimos en el auditorio para mover el esqueleto. Les sacamos brillo a las baldosas por varias horas, todo con la típica organización del baile en paralela (ya saben como hacen los muchachos). Hasta que llegó la “Hora Loca”, donde los chicos de Jarcia, con disfraces, pitos y sombreros, nos hicieron romper filas y brincar hasta agotarnos.
Domingo en Milagro
Otro regalo especial fue poder compartir todo un domingo con la gente jarciana de Milagro. La oportunidad fue en la convivencia de discernimiento, previa a las promesas y compromisos que hacemos para crecer en la fe. Celebramos la Santa Misa a las nueve de la mañana y luego reflexionamos alrededor de la Palabra y de nuestros compromisos comunitarios. Al final celebramos el aniversario con queso de leche y bizcotelas. Un día memorable.
Bueno me despido con el corazón muy lleno de alegría. Quien quiera ver más fotos sólo tiene que revisar mi facebook, que encontrarán un montón. ¡Que Dios les pague todo el amor que me brindan!
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes
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