"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

martes, 27 de julio de 2010

Reflexionando el Evangelio - Domingo XVII del Tiempo Ordinario

Queridos Hermanos:

Este domingo Jesús nos llama a servir. Es más deja en claro que debemos de actuar como esclavos de todos, si queremos ser los primeros. Esa primacía que buscamos no es una corona terrena, sino celestial, pues la gloria a la que aspiramos está en la Casa del Padre.

Mucho se habla de la solidaridad o de la acción social, aunque nosotros debemos hablar sobre las obras de misericordia corporal y especialmente las espirituales. Hay mucho bien que se puede y se debe hacer. Dios nos llama a servir pero aunque nos llama a todos, no estamos llamados todos a servir de la misma manera. En esto quisiera detenerme.

Aquí la palabra mágica es "Discernimiento". Tenemos que descubrir cómo es que Jesús quiere que sea nuestro servicio. No basta con hacer el bien, hemos dehacer aquel bien que nos corresponde, es decir, el que nos ha confiado Cristo. Discernir nos ayudará a saber hacia qué nos llama Jesús, donde nos necesita. Sólo así podremos estar tranquilos, sabiendo que hacemos su voluntad.
Las recomendaciones son las mismas que se dan a quien quiere ser santo más dos super importantes: Oración y Dirección Espiritual. Con la oración, sobre todo la meditación del Evangelio, uno se pone en sintonía con Cristo y es así como el corazón se va inclinando hacia donde Jesús lo quiere llevar. Un buen director espiritual (sacerdote) te ayudará a discernir los espíritus y a ver más claramente por donde te quiere llevar Dios.
Para empezar este camino basta con que estés dispuesto a hacer lo que sea que Dios te pida, a servirle sin condiciones, a entregar tu vida en la empresa que Él te confíe. Te recuerdo, como siempre, que recibirlo en la Eucaristía diariamente es clave para poderlo servir.
Hasta el Cielo
P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes

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