Queridos Hermanos:
La fe nos permite ver más allá de lo exterior, de lo evidente. Una persona que tiene fe es capaz de descubrir detalles invisibles para quien carece de ella. Los Reyes Magos nos dan un testimonio importantísimo de fe, sobre todo porque viene de quienes no pertenecieron ni al pueblo judío, ni al cristiano. Es la fe de los gentiles.
Para afirmar esto basta con detenerse a reflexionar sobre la llegada de los Magos al Portal. Ellos habían emprendido un largo viaje respondiendo al mensaje de las estrellas. Un mensaje que anunciaba el nacimiento de un rey extraordinario, tanto que debían de ir a conocerlo, a adorarlo y ofrecerle presentes. Ya tiene que haber sido sorprendente para ellos que los primeros destinatarios de tan gran don no lo estuvieran esperando. Sin embargo en la corte de Herodes pudieron conocer que no habían equivocado el camino y que los profetas también anunciaban el nacimiento del Rey de reyes. Aún así seguro que al ver que la estrella que seguían no se posaba sobre una castillo, sino sobre una gruta; que los padres de aquel Rey no eran grandes nobles, sino una muchacha sencilla y un carpintero; que aquel bebé no estaba en una cuna de oro, sino en el comedero del ganado, podrían haber tenido muchas dudas. Sin embargo su fe era total e incondicional y al ver aquel Niño reconocieron al enviado de Dios, a aquel que habían estado buscando y lo adoraron.
La semana pasada me topé con un Nacimiento singular. Lo presidía un gran crucifijo, con Jesús, su corona y sus clavos. Debajo de aquella Cruz una gran hostia partida e inmediatamente debajo de ella el Pesebre con el Niño Dios. Sor María Gladis supo conjugar en aquel Nacimiento el fundamento de nuestra fe. Cristo es el mismo en Belén, en el Calvario y en cada Misa, basta reconocerlo con los ojos de la fe. Dios se nos ha manifestado en manera contundente y sigue presente entre nosotros en la Eucaristía, basta saberlo reconocer y no pedir más signos ni señales.
Los Reyes Magos nos dejan su testimonio y nosotros nos comprometemos a imitarlos. Epifanía significa “manifestación divina” y Dios se nos manifiesta todos los días. Con su ayuda y nuestra buena disposición podremos descubrirlo así como lo descubrieron Melchor, Gaspar y Baltasar.
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes
Es verdad lo que dice padre Cesar, la fe es el motor de nuestras vidas que nos permite seguir luchando aun cuando todo este en contra.
ResponderEliminar