"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

domingo, 6 de mayo de 2012

Reflexionando el Evangelio: Dejarse podar - V Domingo de Pascua


Queridos Hermanos:

Hoy la Iglesia nos invita a reflexionar la Palabra, partiendo en la primera lectura con la llegada de San Pablo a Jerusalén. Los cristianos no podían creer que quien los había perseguido tan encarnizadamente, ahora fuese también discípulo de Cristo. Pero lo que no sabían es que esa conversión tan radical, era fruto de un encuentro personal con el Señor y también de tres días de ceguera y ayuno. Así fue como Dios “podó” ese sarmiento de su Vid, para que diera mucho fruto.

En el Evangelio de hoy, Jesús se compara con la Vid, afirmando que el Padre es el Viñador y nosotros somos los sarmientos. Y nos recuerda, como sucede en la realidad, que los sarmientos que no fructifican son cortados, pues no cumplen con su misión. También los que producen fruto deben pasar por un proceso doloroso, la poda, pero el fin de ese proceso es ayudarlos a fructificar más. Dios, a lo largo de nuestra vida, nos poda porque sabe que es la única manera de que podamos dar lo mejor de nosotros mismos. El problema es que toda “poda” es dolorosa y nos puede suceder que rechacemos tanto a la “poda” como al Viñador.

Recuerdo, en mis primeros años de sacerdocio, haber conocido a un joven enfermo de Sida. Afirmaba que gracias a esa enfermedad había podido detener su carrera hacia la autodestrucción y descubrir el amor de sus padres y sobre todo de Dios. Lo recuerdo porque no lo decía con resignación, sino con verdadera gratitud. Esa enfermedad fue su “poda” y le permitió dar los frutos que Dios esperaba de Él. Murió feliz, porque a través de esa enfermedad conoció el verdadero amor.

Nuestro Padre nos ama, más y mejor que nadie. Él sabe lo que es mejor para nosotros, lo que nos hará felices en esta vida y en la futura. Basta dejarnos podar, confianza en la sabiduría y el amor del Viñador. Procuremos vivir con intensidad nuestra vida espiritual, creciendo en comunión con Dios. Así seremos capaces de agradecer no sólo los bienes, sino también los “males”, como nos lo enseñó San Pablo.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes

1 comentario:

  1. Si no hubiese sido por que el viñador conoce a sus retoños tambien yo, este siervo y esclavo del Señor, tampoco hubiera conocido los frutos que da conocer a Jesús, tal vez todavía estaría pensanso lo cruel que es esta vida, renegando, pero esa "poda" me sirvió para saber que estamos destinados a cosas maravillosas cuando estamos en su camino. Gracias mi Señor, solo puedo adorarte, amarte y alabarte por siempre.

    ResponderEliminar