Siempre hay quien repita "Hay que ser realistas, las cosas no andan bien" ya de eso nadie se sorprende. Lo valioso es encontrar quien te diga "Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia" . La Iglesia y nosotros como testigos de Cristo, debemos ser capaces de vivir y transmitir este mensaje de alegrìa.
No podemos tapar el sol con un dedo, cierto es que hay muchos motivos para entristecer, pero creo que todavìa son màs las razones para estar contentos. Basta con abrir los ojos y ver un poco màs allà y un poco màs adentro.
Bastarìa con llegar a comprender, tan sòlo un poco, lo infinito del amor de Dios. Sòlo con gustar una pisca de ese gran regalo, nos bastarìa para encontrar consuelo, fortaleza, esperanza y poder estar contentos.
No cabe duda que uno de los sellos màs caracterìsticos del testimonio y la vida ordinaria de los santos, era su alegrìa, su sonrisa constante. Ese siempre ha sido el gran imàn que ha movido a tantos a seguir su ejemplo. En un mundo que magnifica lo malo, lo triste, los cristianos sembramos alegrìa y esperanza. No porque seamos ilusos o porque no seamos capaces de ver las consecuencias del pecado o porque no seamos solidarios con los que sufren. Vivimos contentos, porque aunque la vida en este mundo sea dura, nos sabemos amados por un Dios bueno. El es la razèon de nuestra felicidad.
Hasta el Cielo.
P. Cèsar Piechestein
elcuradetodos ... ustedes
No podemos tapar el sol con un dedo, cierto es que hay muchos motivos para entristecer, pero creo que todavìa son màs las razones para estar contentos. Basta con abrir los ojos y ver un poco màs allà y un poco màs adentro.
Bastarìa con llegar a comprender, tan sòlo un poco, lo infinito del amor de Dios. Sòlo con gustar una pisca de ese gran regalo, nos bastarìa para encontrar consuelo, fortaleza, esperanza y poder estar contentos.
No cabe duda que uno de los sellos màs caracterìsticos del testimonio y la vida ordinaria de los santos, era su alegrìa, su sonrisa constante. Ese siempre ha sido el gran imàn que ha movido a tantos a seguir su ejemplo. En un mundo que magnifica lo malo, lo triste, los cristianos sembramos alegrìa y esperanza. No porque seamos ilusos o porque no seamos capaces de ver las consecuencias del pecado o porque no seamos solidarios con los que sufren. Vivimos contentos, porque aunque la vida en este mundo sea dura, nos sabemos amados por un Dios bueno. El es la razèon de nuestra felicidad.
Hasta el Cielo.
P. Cèsar Piechestein
"Si sólo supieras cuánto Jesús te ama en el Santísimo Sacramento, te morirías de felicidad"
ResponderEliminar(San Juan María Vianney 4-8-1993).
Amigos espero que la frase aporte a nuestra búsqueda diaria de la felicidad.
Silvia.