"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

jueves, 5 de agosto de 2010

La última semana guayaca - Cuadragésimo Séptimo Informe Cesarial

Pacientísimos ALA:
Se me cae la cara de verguenza por el retraso al presentar este informe, la verdad es que no tengo justificación. Lo que si puedo decirles es que cada día que pasa me aumenta el cargo de conciencia pues sé que es mi responsabilidad compartirles cada semana en el tiempo acordado. Me comprometo a no retrasar más la tarea y espero cumplir con el compromiso. A continuación les cuento lo que sucedió la semana pasada, la última en Guayaquil.

De vuelta al Cine
Para los que tienen tiempo de conocerme no les será sorpresa que disfrute del séptimo arte. La verdad es que ha sido irónico que el año en que me ha tocado estudiar "Historia del Cine", haya sido el período en que menos he frecuentado las salas. Pero ya era hora de ponerse al día, así que, siempre en excelente compañía, he podido ver : Shrek 3, Toy Story 3 y Mi villano favorito. Todas muy recomendables, especialmente Toy Story. Soy un convencido de que es un medio muy eficaz para aprender y relajarse un poco, sobre todo una excelente opción para jóvenes y adolescentes, que de lo contrario terminarían refudidos en discotecas o cuchitriles de mala muerte. Quien no me crea que vaya a mirar el cambio que se palpa en la juventud milagreña desde que la ciudad tiene una sala de cine.

Visitando a Chelita
Para quienes desconozcan al personaje, Rosa Olaya alias "Chelita", es una señora sumamente carismática que me cuidó durante los años que serví en Milagro. Siempre sonreída, con una canción a flor de labios, es querida por todos gracias a su don de gentes y su simpatía natural. No podía regresar a Italia, sin pasar a visitarla (y sin saborear su delicioso "Caldo de Bolas"). Nos armamos de fuerzas, mi mamá, mi abuela y yo, y partimos con destino a Naranjito.

Una Abuela de Hierro
Cuando digo nos armamos de fuerzas, en realidad me refiero a mi abuela, que a sus noventa y un años, no está acostumbrada a salir mucho de casa. A mi mamita que siempre está dispuesta a pasear, pero que tiene que agarrar fuerzas porque es la custodia de su nonagenaria madre. Y fuerzas para mi, pues me preocupan las dos señoras, por las razones arriba mencionadas. Pero como la señora Perseveranda Isabel Macías Macías (la nonagenaria y seis veces bisabuela) está hecha de Guayacán. Fresca como una lechuga aguantó el viaje, con la respectiva parada en Milagro para visitar a la Comadre y a mis antiguos feligreses de Virgen del Carmen. Todo sin chistar. Bien dicen que "La sarna con gusto no pica".

Con los muchachos al Triunfo
Esta fue una semana de vacaciones para muchos colegiales e incluso para algunos universitarios. Así que me pareció justo y necesario organizar una excursión con algunos de los chicos de la parroquia (siempre que digo "parroquia" entiéndase la Guangala). Se me ocurrió que sería buena idea invadirle la casa a la mi tia favorita, que de paso tiene piscina. Ella, aventurera por vocación, estuvo dispuesta a todo, ya hasta nos quería organizar una jornada ciclística. Menos mal que no me dejé convencer. Quedamos en una chapuzón inicial en casa, un buen vaso de "come y bebe" para cada uno y luego al club campestre. Así podría liberar a mis chicuelos en un amplio espacio, con canchas y piscinas, hasta río y poza. Como para que se sintieran en contacto con su "indio" interior.


Todo es más barato que alimentarlos ...
Nada más llegar al club toco prender el brasero para darles de comer. Llevamos pollo alliñado y listo para asar, además de un equipo completo de maduros (con todo y la barra brava). Yo asesoraba, aunque estaba consciente que la tarea de asador no me la podría escaquear. La cantidad de pollo era estratosférica y la parrilla no era como la que usaba en la Guangala (aquella tenía los avances tecnológicos argentinos de punta). Demás está decir que el pollo quedó de regular para abajo. Pero cuando hay hambre no hay pan malo. Tal es así que cuando creí que era suficiente detuve la quemazón, dejando unas cuantas presas sin asar. Viendo la avidez de los comensales lancé al aire el comentario de que quedaban presas sin cocinar, pero que yo no me haría cargo. Más rápidos que la luz se hicieron de ellas y comenzaron a darles carbón. Al final de aquel alimentaje, solo se salvó un maduro y esto porque se escondió debajo de las cáscaras de algunos de sus infortunados hermanos. En fin, nadamos, jugamos y comimos como una gran familia (un poco hambreada) y de regreso a casa de Isabel le dimos vuelta a una olla de seco de pollo y otra de arroz, que nos estaban prometidas. Ahora entiendo lo que sufren los padres de adolescentes ...

La pedida de Mano
Mis mejores amigos, la Ginger Katiuska y el Pedro Miguel, decidieron que ya era hora de formalizar su enamoramiento y dar un paso más hacia el matrimonio. Tuve el honor de participar del magno evento. En compañia de ambas familias y unos pocos amigos, se desarrolo el emotivo ritual. Intercambiaron detalles de gran significancia espiritual y el novio puso el anillo en la mano de la feliz novia. Lástima que no podré estar presente para la boda (no les digo la fecha por dizque es secreto).
Unas "Chicas" especiales
Nueve años atrás, cuando empezaba mi sacerdocio y servía en la Alborada, formamos un grupo parroquial de adultos. Algunas señoras que perticipaban en la catequesis familiar se animaron a integrarse en un proceso de formación continua, ya que la catequesis había culminado. Algunas de ellas han conservado la amistad que surgió de ese grupo y nos invitaron a mi mamá y a mi, a degustar un rico almuerzo. Nos reimos mucho y recordamos aquellos tiempos, aunque también nos "pusimos al día" de la vida de cada quien. No pude dejar escapar la oportunidad de hablarles sobre le compromiso de la vida cristiana, que no se puede extinguir cuando la vida de un grupo termina. Esperemos poder ver los frutos del encuentro.

Un domingo agotador
Para cerrar la semana con broche de oro, me tocó una maratónica. Algunos de mis hijos milagreños organizaron un almuerzo con chorizo, carne asada, caldo y tallarín de gallina criolla y torta remojada de chocolate, en el recinto San José de Naranjito. Al final me adjuntaron unas yucas, dos racimas de verde y algunas panelas fabricadas en la casa de los anfitriones. De allí y con la velocidad del rayo, llegué al terminal de Guayaquil a recigor a mis "guardaespaldas", pues nuestro destino final era Pedro Carbo. De pasada paramos en Nobol saludando al padre Enzo y a Enrique , que disfrutaban de una convivencia con los jóvenes de la parroquia Ntra. Sra. de la Salud. Casi a las seis, aterrizamos en Pedro Carbo, donde el padre Wilson nos acogió en su casa. A las ocho celebramos la Misa y partimos para Guayaquil a las nueve y media de la noche. De mis guardaespaldas ni les cuento, menos mal que llegamos despiertos.

Como ya es costumbre por éstas tiempos, se me alargó el informe. Les dejo como adelanto para el siguiente, que me mudé a Ibarra. Ahora soy un pasante ... pero ya les contaré.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes

1 comentario:

  1. Para todo y para todos se dio tiempo Padre Cesar y es que la organizacion es uno de sus mas fuertes aliados, claro esta que el TODOPODEROSO, esta presente en cada una de sus empresas,pues ud. es un instrumento de El. Y al final todos contentos aunque tambien un poco nostalgicos por su partida.

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