Dicen que uno de los valores más importantes en la amistad es la sinceridad. Pero también es verdad que muchas veces por eso mismo se pierden las amistades, o por lo menos se afectan profundamente.
Yo acabo de perder un amigo que valoraba muchísimo y aunque me duele mucho la pérdida, no me arrepiento y volvería a hacer lo que causó la pérdida. No es la primera vez que me sucede y estoy seguro de que no será la última, lamentablemente es así.
Cuando Jesús nos dijo que Él es el camino, la verdad y la vida, lo dijo claramente y sin dejar otras opciones, es decir, Él es el único camino, la única verdad y la única vida auténtica. Esta afirmación no deja lugar a medias tintas, no podemos seguir a Cristo a medias, ni acomodar el discipulado a nuestro parecer o conveniencia, aunque muchos lo crean así.
Cuando proclamar esta verdad te significa perder amigos, bien vale la pena perderlos, porque aunque pierdas su afecto, les estás quitando una venda de los ojos. Eso les da la posibilidad de entender, aunque sea más tarde, el mensaje de Cristo y encontrar el camino. No hacerlo sería convertirte en cómplice del mundo y cruzarte de brazos mientras tu amigo, a quien dices amar, es arrastrado por la corriente que terminará hundiéndolo.
Creo firmemente en esto que les comparto y tengo una esperanza. Así como Jesús dijo que a quien dejará algo por Él (hacienda, padres, mujer, hijos, etc) le daría el ciento por uno, yo quiero que en este caso sea igual. Espero que por este amigo que he perdido por Cristo, Él me regale cien nuevos amigos y sé que así será, porque ya lo ha hecho antes.
Mi deseo es animarles a ser veraces, a no quedarse callados. Si amas a tus amigos, acércalos a Dios, corrígelos cuando sea necesario, aún a riesgo de perder su amistad, porque lo que cuenta es que se salven. Vale la pena sufrir un poco, con tal de hacer lo que Jesús espera de nosotros. Él nos lo reconpensará.
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes
Yo acabo de perder un amigo que valoraba muchísimo y aunque me duele mucho la pérdida, no me arrepiento y volvería a hacer lo que causó la pérdida. No es la primera vez que me sucede y estoy seguro de que no será la última, lamentablemente es así.
Cuando Jesús nos dijo que Él es el camino, la verdad y la vida, lo dijo claramente y sin dejar otras opciones, es decir, Él es el único camino, la única verdad y la única vida auténtica. Esta afirmación no deja lugar a medias tintas, no podemos seguir a Cristo a medias, ni acomodar el discipulado a nuestro parecer o conveniencia, aunque muchos lo crean así.
Cuando proclamar esta verdad te significa perder amigos, bien vale la pena perderlos, porque aunque pierdas su afecto, les estás quitando una venda de los ojos. Eso les da la posibilidad de entender, aunque sea más tarde, el mensaje de Cristo y encontrar el camino. No hacerlo sería convertirte en cómplice del mundo y cruzarte de brazos mientras tu amigo, a quien dices amar, es arrastrado por la corriente que terminará hundiéndolo.
Creo firmemente en esto que les comparto y tengo una esperanza. Así como Jesús dijo que a quien dejará algo por Él (hacienda, padres, mujer, hijos, etc) le daría el ciento por uno, yo quiero que en este caso sea igual. Espero que por este amigo que he perdido por Cristo, Él me regale cien nuevos amigos y sé que así será, porque ya lo ha hecho antes.
Mi deseo es animarles a ser veraces, a no quedarse callados. Si amas a tus amigos, acércalos a Dios, corrígelos cuando sea necesario, aún a riesgo de perder su amistad, porque lo que cuenta es que se salven. Vale la pena sufrir un poco, con tal de hacer lo que Jesús espera de nosotros. Él nos lo reconpensará.
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes
Tienes razón, Dios te dará muchos y buenos amigos. Y seguro que lo que sembraste en él ALGÚN DÍA FLORCERA SERA UN BUEN HIJO DE DIOS.
ResponderEliminarUn abrazo grande figlio mio