Pocos pueden decir que han conocido con detalle el nacimiento de su madre. Yo soy uno de esos pocos y creo que se debe compartir. El objetivo es una vez más sacar a la luz la entereza de la que es dos veces madre, la abuela. Ésta es seguramente una manera de rendirle justo reconocimiento a una mujer de hierro, en lo que a fortaleza se refiere, pero toda corazón en lo que a amor respecta.
AY…EL PRIMER PARTO!
La linda Mapita en camino!
LO MÁS NATURAL…PARIR!
La añosa parturienta-primigesta-que ya estaba por cumplir los 30 años se aprestaba para recibir a su primer retoño, por eso leía cuanta información caía en sus manos, se preparaba así para ese momento sublime, nunca sintió ningún resquemor…peor miedo, porque esa palabra, sencillamente, ella nunca la conoció.
Se encontraba viviendo en una población pequeña de la provincia de El Oro, Arenillas, donde transcurrieron sus 9 meses de gestación. Los primeros meses las consabidas y muy normales nauseas se hicieron presentes e incluso vómitos, especialmente cuando su compañero de la vida se le acercaba, despidiendo los olores propios de la dura faena diaria, y ante la advertencia…no te me acerques…no te me acerques…ya el vomito estaba encima de don Napoleón…porque necio…se le acercaba!
La autora con elcuradetodos |
Y llego un día 11 de Enero, miren ustedes exactamente hoy…hace 62 años, cuando los primeros dolores se hicieron presentes, ella muy calmada, comenzó a preparar todo, que emoción…conocería a ese bebé que se movía tanto dentro de ella, repasó rápidamente lo que necesitaría…y todo estaba listo, a la mano, de todas maneras envió por el Dr. Tinoco, el único medico de aquel poblado. Aquel galeno no se encontraba ese día en el pueblo, ah entonces a la comadrona hay que llamar-le dijeron-…solo para que reciba al bebé…porque ella ya sabía que la única comandante en jefe en aquella jornada…sería ella, la única protagonista de esa entrega…sería tan solo…ella. Pero tampoco la experimentada mujer estaba disponible en aquel día…bien , esos pequeños inconvenientes…para la señora Isabel, no tenían ninguna importancia…después de todo…ellos más bien podrían llegar a querer adueñarse de la situación…y eso sí , era impensable…esa situación…le pertenecía solamente a ella!
Decidió entonces llamar a su hermana mayor, más conocida como “la señorita Libia”, ella le daría fuerzas para cumplir la labor de parto, porque quien conoció a la tía Libia, puede imaginarse como la habrá estimulado y apoyado incondicionalmente a la hermana menor en aquellos apuros obstétricos…
La principal invitada a aquel parto fue un ser sublime y por ella admirado…LA VIRGEN, a quien en constante oración le pedía con gran fe…le ayudase en tan difícil circunstancia, y fue escuchada por la virgen, quien sin abandonarla ni un minuto, estuvo a su lado siempre!
Doña Isabel con su primogénita |
Pueden imaginarse a esa novel madre…no cabía de contento…su bella Mapita había nacido…su primera hijita, su primera ilusión, conoció así que ese amor que se salía del pecho…sería eterno como el sol!
Y lo primero que hizo la orgullosa madre, fue prenderla a su generoso pecho que la alimentó por más de una año!
Mientras la Mapita se prendía del pecho materno, con sus manitas, ambas-regocijadas-se miraban, reconociéndose como los seres que compartirían a mas de muchísimos genes…toda una vida juntas!
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