"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

domingo, 26 de febrero de 2012

Reflexionando el Evangelio: Penitencia voluntaria - I Domingo del Tiempo de Cuaresma

Queridos Hermanos:

Creo que de niños todos hemos hecho la experiencia de estar castigados. Ese tiempo pasado en el rincón, contemplando el blanco de las dos paredes que se unían frente a nuestros ojos tenía un valor pedagógico. Para algunos puede parecer simplemente un modo de torturar al chiquillo inquieto, pero yo creo que es la única manera de obligarlo a estarse quieto un rato y pensar, reflexionar sobre aquello que lo puso en esa situación.

Creo que el mismo principio se puede aplicar a los adultos que tienen que pasar un período en la cárcel. El objetivo de estos lugares es la rehabilitación del individuo de manera que no siga siendo un peligro para la sociedad. Se espera que le pérdida temporal de la libertad lo obligue a reflexionar y a arrepentirse del mal cometido. Por lo menos esa es la teoría, luego en la realidad se sabe que no siempre sucede así.

En ambos casos ha sido otra persona la que ha impuesto el castigo, la penitencia, aunque el resultado depende de quien la hace. Tanto el niño como el adulto podrán terminar el proceso dispuestos a cambiar, o simplemente decididos a recomenzar sus travesuras o delitos.

Jesucristo decidió darse cuarenta días de aislamiento y mortificación. Ayuno en el desierto, oración y preparación a su vida pública. Un tiempo duro, que aunque pudo haberlo debilitado físicamente, lo lleno de fuerza espiritual. Y con su ejemplo nos invita a imitarlo.

¿No creen que se asemejan, el castigo del niño en el rincón y el del adulto en la cárcel, a los cuarenta días del desierto? Yo creo que sí porque el objetivo es siempre el mismo: arrepentimiento, penitencia y conversión.

Existe claramente una gran diferencia y es que nadie nos obliga a vivir la Cuaresma. La Iglesia en nombre de Dios nos invita a un tiempo de penitencia que nos sirve para revisar nuestra vida, evaluarnos y convertir aquello que nos aleja de la salvación. Todo siempre que el único objetivo que verdaderamente cuenta: agradar al Señor.

Espero que todos pongamos todo de nuestra parte para no desaprovechar ni un solo día, para encontrar nuestro “desierto” donde poder meditar y a través de la oración más intensa, de las mortificaciones y renuncias por amor y de las obras de misericordia generosas, logremos dar muchos frutos. Siempre para mayor gloria de Dios.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes

1 comentario:

  1. este sacrificio todo por nosotros , le pido a mi dios que me de lo que me pide, sola no puedo mi jesus siempre estuvo con su padre. cumpliendo su palabra . que esta cuaresma sea para nosotros tiempo de reflexion, penitencia con la ayuda de dios mi salvador

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