"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

jueves, 23 de septiembre de 2010

Magia de lo cotidiano - Cincuentésimo Cuarto Informe Cesarial

Amados ALA:
Ahora sí que siento que estoy de vacaciones. La jornada transcurre lenta y sin mucho movimiento. Tratando de poner por escrito los estatutos de los Misioneros Eucarísticos (cosa mucho más difícil de lo que se me había ocurrido) y de compartir con mis anfitrionas. Tiempo también para orar con más calma y acompañar al Sagrario de la Capilla de la que ahora soy capellán. Tiempo también para ver algo de televisión y estar al día en la administración de los blogs. Tiempo para todo o casi todo, aunque a un ritmo mucho más lento del habitual.

Inscripción en la U
Ya era hora de visitar la universidad y hacer la inscripción para este nuevo año lectivo. Y resulta ser que, como nos lo habían anunciado, habrá un cambio en el plan de estudios. Siempre es algo positivo, pues el objetivo es que uno esté mejor preparado, el problema es que aumenta el número de materias y de carga horaria. Si el año pasado (sobre todo el segundo semestre) nos tenían a carreras, no quiero ni pensar como será este. Nuestro eminente secretario me facilitó, no sólo la inscripción, sino también el nuevo carnet, siempre útil sobre todo a la hora de ingresar a la biblioteca.

Entrevista con el coordinador de estudios
Luego de solicitarla por email, el coordinador de estudios me concedió la entrevista para armar mi plancha de asignaturas. Esto lo debe hacer cada estudiante antes de iniciar clases y la idea es hacerlo lo antes posible, para favorecer la organización. La noticia no es que me tranquilizó, aunque tampoco es para alarmarse, pero debo tomar 11 materias. Si lograse acomodar en mi horario el francés, serían una docenita. Pero lo veo difícil pues tengo clases todas las mañanas y además las tardes, quedándome libre sólo la tarde del martes. Ya me veo en problemas para sacar el espacio para la reunión de los Misioneros Eucarísticos. De todas maneras, todavía no se publica el horario definitivo, aunque el orden no altera el producto, porque al final, el número de horas seguirá siendo el mismo.

Más trámites y más documentos ...
Para desempeñar mi tarea de capellán y poder firmar el convenio con el municipio de Roma, me citaron en la curia . Para mi sorpresa y después de haberlo preguntado varias veces, para no venirme sin lo necesario, me salieron con que necesito tres documentos más. Ya se imaginarán la cara que puse. Y es que si me lo hubiesen dicho antes, los traía de Ecuador. Pues ahora resulta que me toca esperar hasta que lleguen, para poder concluir la diligencia. Tengo la esperanza de que sea antes de iniciar clases, porque seguro entónces no tendré tiempo como para ir y venir. Lo más gracioso del caso es que ya me han llegado al asilo tres sobre con sus respectivos oficios, todos dirigidos al : Reverendo Don César Piechestein, capellán de la casa de reposo Victoria. Esas son las ironías de la vida.

Un cambio en la rutina del fin de semana
Usualmente el plan de los fines de semana comienza con el viaje en tren el sábado a mediodía. Sin embargo esta semana adelanté la salida al viernes por la mañana. Y es que me habían invitado a una caminata en la montaña y no podía perderme semejante oportunidad. Después de un almuerzo sustancioso (pasta con conchas y tortilla española) nos apertrechamos para la aventura. Tuvieron que prestarme unos super zapatos y además un sombrero, que me ayudarían en la escalada. En mi entusiasmo por vivir la experiencia se me pasó por alto leer que la invitación incluía el verbo "correr". Tuve que dejarles muy en claro que ni estaba acostumbrado a subir montañas, ni a correr. Mucho peor a subir a una montaña corriendo. Menos mal que lo comprendieron.

Caminando en los Alpes
Después de un largo viaje en auto (siempre de subida y con muchísimas vueltas) llegamos a un hermoso valle, aparentemente cercano a la cúspide de la montaña. Se ubica justo encima de Picinisco, una de los pueblos de los cuales es párroco Don Antonio y donde viven los Antonelli, familia que me había hecho la invitación. Dejamos el vehículo y comenzamos a subir. Cada vez que parecía que ya estábamos por llegar, porque no se veía otro pico sino el que estaba sobre la propia cabeza, al llegar arriba se te presentaba el siguiente. La verdad es que ha sido una experiencia desafiante. Yo me hacía el lavado cerebral con eso del segundo aire, cuando ya se me acababan las fuerzas me decía :"Ya casi llegas, un poquito más". Y con las últimas llegaba a la que yo pensaba era la cumbre, sólo para darme cuenta que todavía había una más alta ... así nos trata la vida. Tantas veces hemos pensado que ya habíamos llegado a la meta y Dios se encarga de cambiarnos los planes. No es que se le ocurran cosas nuevas, es simplemente que nosotros no alcanzamos a ver el final, la siguiente cumbre está siempre detrás de la que tenemos delante y es esta la que nos impide verla. Lo bueno es que así la vida no es nunca aburrida. Al final y con la lengua afuera, llegué y nos sentamos un rato a descansar y a comer algo. Aproveché el momento para sacar las fotos . Me causó admiración ver que de bajada mis compañeros corrían, dijeron que de esa forma te evitabas el dañarte los talones. Yo preferí cuidar mis dientes e hice la bajada más rápido que la subida, pero sin llegar a correr. Al final me dí cuenta que las dos horas y media de camino, se me habían pasado rapidísimo.

Otro que se preocupa por el abandono del Sagrario
Una característica interesante de los Antonelli es su compromiso con Dios. Gianfranco, el papá de la familia es un hombre que ama profundamente la Eucaristía. Sin embargo me sorprendió gratamente cuando, sin haberle yo hablado de la reparación al abandono de Jesús Sacramentado, el lo trajo a colación. Me dió mucha alegría encontrar en la parroquia a alguien que desea acompañar a Jesús en sus Sagrarios-Calvarios y creo que esto nos hará aún más amigos de lo que ya somos. Ojalá y se pueda concretar una idea que se nos ha ocurrido.

La magia de lo cotidiano
Por lo demás procuro descubrir la magia de la vida cotidiana. Salir a comprar a la tienda o a la carnicería. Organizar la ropa (no he vuelto a cometer el error de mezclar lo blanco con lo de color) para meterla en la lavadora y luego tenderla. Preparar la cena o decidir que vamos a comer. Mirar la televisión y discutir de tanto en tanto sobre qué programa ver. Todas cosas simples, de la vida diaria, que aunque quizás no tengan nada de emocionante, son parte de la vida y como tales, también oportunidades para practicar la caridad.

Poco a poco se aleja el calor y a algunos árboles se les están secando las hojas. Casi llega el otoño y con él las clases. Seguro de tener nuevas cosas que contarles la próxima semana, me despido.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes

2 comentarios:

  1. Si Nino estuviera vivo, que feliz sería...reza por su alma y la de Nélida. Abrazos y besos. te queremos mucho!Alpinista.Papá

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  2. "La santidad de la vida diaria procura que esa mística unión con Cristo se refleje prácticamente en el modo de pensar y de vivir".

    Dios bendice su vida día a día, gracias por compartirla.
    Silvia.

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