"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

viernes, 8 de julio de 2011

De la tierra al Cielo XXXVII - El rayo en la tormenta.

Es impresionante como aún la tormenta desatada en medio de la noche más oscura, se transforma con la luz de un solo rayo. De golpe y aunque sea por un instante, toda la oscuridad se ilumina y lo que era tinieblas, permitiendo apreciar todo lo que antes era imperceptible a nuestros ojos.

Es muy difícil aceptar la posibilidad de que haya belleza en el sufrimiento, o paz en medio del conflicto, pero la verdad es que es muy posible. Hay momentos y situaciones en la vida que nos envuelven en la oscuridad de la tristeza, de la nostalgia y hasta de la autocompasión. Y aunque a simple vista no se aprecia nada, casi siempre y como un relámpago, aparece algo o alguien que nos ilumina, aunque sea por un instante. Y es ese preciso instante el que nos ayuda a comprender y hasta a apreciar la circunstancia adversa o la crisis.

Dios nunca nos prometió una vida fácil y menos cómoda. También es cierto que Él no disfruta con el sufrimiento de nadie, pero siendo que vivimos en un mundo donde todavía campea el pecado, no podemos pretender más de lo que ésta vida puede ofrecer. Sin embargo, en medio de las tormentas que nos tocan, siempre Dios hará brillar sus rayos, esa luz que iluminará y nos descubrirá el sentido de las dificultades, la lección que hemos de aprender.

Teniendo clara ésta idea seguramente estaremos más atentos para que no se nos escapen los rayos, para aprovechar al máximo ese instante de luz. Sólo nos queda pedirle a Dios que nos haga humildes para no cerrar nuestros ojos mientras nos quejamos o renegamos de nuestra suerte. Que nos ayude a tenerlos siempre abiertos y a estar alertas para sacar el mayor provecho a nuestro rayo de luz.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes

3 comentarios:

  1. PALABRAS MUY EMOTIVAS QUE LLEGAN A MI CORAZON .......

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  2. Gracias Padre, un mensaje que nos alienta a continuar en medio de la tormenta, que Dios lo siga iluminando cada día para que nos contagie con ese entusiasmo.

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  3. lo amargo se me volvió dulce... Gracias Padre querido amigo del alma =)

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