"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

martes, 8 de marzo de 2011

De la tierra al Cielo XXXVII - Cenizas.

Ayer frente al Sagrario me surgió una gran inquietud. Pensaba que hoy estaríamos celebrando el miércoles de cenizas y que comenzaríamos un tiempo de penitencia, oración y limosna. Pero pensando en las cenizas me venían continuamente imágenes de gente en guerra, de humo y fuego de bombas, de miles de personas huyendo de la muerte, dejando atrás su vida hecha cenizas.

Y me pregunto qué es lo que el Señor espera de nosotros. Aunque nos quejemos tenemos tres comidas al día, un techo que nos cubre, vivimos en paz. Millones de personas vivirán esta cuaresma pasando hambre y frío, en medio de conflictos bélicos y llorando la muerte de sus seres queridos.

Dios nos invita a hacer penitencia, mientras a ellos les ha venido impuesta, no por Dios sino por el pecado que genera el sufrimiento.

Creo que es justo que teniéndolo todo sepamos ser coherentes con nuestra fe y que libremente escojamos hacer la penitencia que merecemos por nuestros pecados.

El profeta nos enseña cuál es la penitencia que Dios espera de nosotros:
"El ayuno que yo quiero es éste: abrir las prisiones injustas, desatar las coyundas de los yugos, dejar libres a los oprimidos, romper todas las cadenas; partir tu pan con el que tiene hambre, dar hospedaje a los pobres que no tienen techo; cuando veas a alguien desnudo, cúbrelo, y no desprecies a tu semejante." (Isaías 58, 1-12)

Dejémonos llevar por la inspiración del Espíritu Santo y comencemos este camino cuaresmal conscientes de lo que Dios y el mundo esperan de nosotros. No podemos ser indiferentes, no podemos desperdiciar este tiempo de gracia que la Iglesia nos ofrece.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes

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