"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

domingo, 27 de noviembre de 2011

Reflexionando el Evangelio: Un paso a la vez - Primer Domingo de Adviento

Queridos Hermanos:

Todavía recuerdo la impresión que me causó el libro “Anatomía y fisiología” de un tal Tórtora, la primera vez que lo tuve en mis manos. Creo que pesaba como dos kilos y para cualquier muchacho de quince años era prácticamente imposible estudiarse semejante bloque. Poco después conocí a la Dra. Aguilar, quien sería la profesora que con un método simple lograría que lo, no solo lo leyéramos sino que lo estudiáramos a conciencia. Recuerdo que la única indicación de la primera clase fue que cada día apenas iniciar la hora de clases tomaría lección de lo dicho el día anterior. Y lo cumplió religiosamente. Apenas llegaba llamaba a uno de la lista que a continuación se debía poner de pie y dar lección oral. El “manual” de Tórtora se convirtió en nuestro compañero de todos los días y aún hoy lo conservo como prueba de la lección aprendida.

Y es que la Dra. Aguilar me enseñó dos lecciones esenciales. La primera es que aún las cosas que parecen imposibles de lograr son alcanzables si das un paso a las ves. Aquel libro que parecía infinito lo pudimos estudiar de a poco. La segunda lección es consecuencia de la primera: quien cumple a diario con su deber, siempre estará preparado, ocupado y bien dispuesto.

Hoy Jesús en el Evangelio nos recuerda que tenemos un deber que cumplir. No se trata sólo de no cometer pecados o de hacer muchas obras buenas. Lo que quiere es que seamos santos. A simple vista nos parecerá imposible de lograr y sin embargo muchos lo han logrado, un paso a la vez. Dios no nos pide nada imposible, sólo que no desperdiciemos ni un solo día, que cada jornada demos un paso adelante. Sea cuando sea que nos llegue la muerte y con ella el juicio, nos encontraremos empeñados en alcanzar la meta. Aunque aún no hayamos llegado a ella, lo que el Señor espera es encontrarnos trabajando, procurando alcanzarla. Él nos ama tal como somos, pero espera que demos lo mejor de nosotros mismos y que nuestros talentos se multipliquen.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes

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