"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

martes, 24 de noviembre de 2009

De la tierra al Cielo II - La Pureza, carga u ofrenda ?


Recuerdo una pequenia historia sobre una ninia de apenas cinco anios, que iba por la calle cargando a su hermanito de dos. Un hombre que veia el gran esfuerzo que esa tarea representaba para ella se le acercò y le preguntò: Hijita que haces tu llevando esa carga?. A lo que la ninia, con mucha naturalidad respondiò: No es una carga, es mi hermano. 

Esta pequenia narraciòn nos debe ayudar a comprender que todo aquello que se asume por amor, jamàs serà una carga.Todo lo que se hace y se vive por amor, siempre es ligero y se porta con alegria, porque se sabe que es algo que se puede ofrecer, un dòn, un regalo.

La virtud de la pureza, que seria simplemente conservar el cuerpo y la mente limpios,aunque parezca una virtud poco importante, lo es y mucho. Podriamos dar muchisimas razones, pero quisiera limitarme a una : la unidad del corazòn. Si, porque cuando la impureza, la lujuria, entra en nuestro ser, divide el corazòn, apresando la voluntad y encegueciendo el entendimiento. El ser humano que pierde su pureza, pronto deja de ser verdaderamente humano, porque ya no es su espiritu, sino sus instintos los que lo gobiernan.

Por eso es muy importante cultivar esta virtud, asi conservaremos nuestro corazòn sin divisiones, todo para Jesus.

Para lograr este objetivo no hay ningun secreto. Primero hay que entender lo importante que es (creo que con lo dicho previamente ha quedado claro). En segundo lugar saber que todo aquello que nos ayude a estar màs en comuniòn con Cristo, nos harà màs puros. El vivir en gracia de Dios, comulgando con frecuencia, y una oraciòn constante seràn los principales fundamentos.Es de recalcar que la gran mayoria de los Santos han recomendado siempre una sincera devosiòn a Maria.

Si queremos ser autènticos cristianos, hemos de conservar entero el corazòn, todo para Cristo. La pureza no serà jamàs para nosotros una carga, sino una ofrenda de grato aroma para El.

Termino compartiendo con ustedes el recuerdo de mi primer director espiritual, el P. Agustin Mezcua, que decia que "La pureza es la gallardia del alma".
Hasta el Cielo.

P. Cèsar Piechestein
elcuradetodos... ustedes

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