Achachaiiiiii - Dècimo Quinto Informe Cesarial

Quien entiende este clima
La cosa va de mal en peor. Ahora a las cuatro y media de la tarde ya està oscuro. El dìa se va en un dos por tres. Y del frìo ni les cuento. El miércoles amanecimos con cero grados. Salir a la calle era como entrar en una refrigeradora, pero con viento. Y si a eso le agregamos un poco de lluvia, completamos el cuadro de un invierno que avanza. Pero no se preocupen, bien saben que vivì en Quito y en Ibarra. Y además todavía recuerdo los inviernos de Buenos Aires, de mi infancia argentina. A todo se acostumbra el cuerpo. Y aunque hay días que no tengo ningún deseo de baniarme …. casi siempre lo hago .
Nadie hay tan grande como tu
Asì cantan los muchachos en la parroquia cuando ven llegar a nuestro querido Padre Juan Carlos (en lo que respecta a la estatura no puso limite), y yo lo pude hacer también esta semana. Resulta que estuvo por acà unos días y pudimos encontrarnos en la ciudad eterna para compartir unas horas de fraternidad sacerdotal. Nos encontramos en uno de los lugares claves de por aquí, es decir, el obelisco que està en el centro de la plaza, frente a la Basìlica de San Pedro. Allì puntualmente a las cuatro de la tarde nos encontramos y después de un fuerte abrazo, nos fuimos conversando a tomar el tren. Mientras esperábamos nos pusimos al dìa, porque hace rato no conversábamos. Despuès de unos minutos en tren, llegamos a la universidad donde estudiò y donde estudian todos los Legionarios de Cristo. Las instalaciones super modernas, elegantes y …. llenas de sacerdotes. Si eran tantos, de diferentes razas, tamanios y edades. Algunos se veìa que no lo eran todavía, porque eran demasiado jóvenes, pero ya vestían su sotana. Entramos a la capilla, que por el tamanio, era màs bien una Iglesia, quien se iba a imaginar que un rato después se llenarìa de sacerdotes. Todo muy bonito y de primera (ahora sabemos porque nuestro padrecito es tan“Cachorro”).
Mientras el padre asistìa a una reunión de la congregación, yo me puse a leer las cartitas que me enviaron y a rezar en la “capillita”. Poco a poco fueron llegando personas. Me di cuenta que casi todos hablaban en español (cosa rara por acà). Luego supe que eran los familiares de los 59 sacerdotes que habían sido ordenados el sábado pasado. Una cuarta parte de la “capillita” se lleno de familiares, mientras las otras tres cuartas partes estaban reservadas para los sacerdotes. De pronto, asì como habían desaparecido, empezaron a salir por montones los padrecitos. Nos reunimos en una area, debajo de la capilla para revestirnos con los ornamentos. Parecìa una Misa de Jueves Santo. Al final, resulta que fuimos 212 curitas celebrando. Los 59 nuevitos al centro y con casulla morada. El resto , llevábamos casullas blancas.Ni para que les cuento. Mi segunda Misa en español, en tierras italianas. La homilía, digamos que deliciosa. Luego de la Misa, la mesa. Y ahora pude entender porque se llaman Legionarios. Es como una legiòn, como un batallón de curas. El comedor parecía de cuartel, solo que los soldados en lugar de color verde, visten el negro. La comida se consumió, entre risas, bromas y mucho ruido. Al final, el padrecito me llevò de regreso a mi casa en un carro que pidió prestado.

Mi companiero Aldemago
El padre Augusto Aldemar es un mago que estudia conmigo. Nadie sabìa que lo era, porque oculta su identidad màgica. Pero en la fiesta de Navidad, que celebramos en la universidad, cuando lo presentaron como tercer numero de la maniana, nos sorprendió con varios trucos, que hasta ahora no revela còmo los pudo hacer. Lo bueno es que nos divertimos como chiquillos en el circo. Alvarito presentò a los Gigantillos, que deleitaron a todos con su baile. Para cerrar el evento, fuimos por grupos, cantando villancicos en distintas lenguas: inglès, francés, polaco, español y por supuesto, italiano .

El Coro Musicanova
Para seguir alimentando el espíritu de la Navidad (cosa no tan sencilla de lograr cuando se està lejos de los seres queridos) junto con los padrecitos ecuatorianos de mi casa, es decir, Josè Manuel y Homero, nos fuimos a un concierto. Cerquita de la casa, en la Iglesia de San Crisògono, se presentò el jueves en la noche, el coro Musicanova. Son treinta jóvenes italianos, que cantaron villancicos polifónicos y populares (ojo que la diferencia me la enseniò Josè Manuel). Ni falta hace decir que con esas voces armonizadas por un director admirable, el espíritu se ensancha. Creo que en el Cielo los coros angélicos lo deben hacer mejor, pero aquí es lo màximo que tenemos. Me comprè un CD y en cuanto pueda, les envìo una muestra para que lo comprueben.

Felicitaciones
Mientras aquí la gente tiene cada vez menos hijos y màs perros, allà existen todavía cristianos que dan testimonio de la vocación al matrimonio, a la paternidad responsable y a la familia numerosa. Un ejemplo tan nuestro como querido, es la familia de Hermes, Mayra y sus tres retonios Kleiner, Hermesito y mi queridìsimo Cristobalito Jàcome. Pero la noticia es que ya no son cinco, pues Dios les ha regalado una nueva bendición. Damos gracias a Dios por este bebè que esperamos vea la luz con salud y se una a nuestra comunidad.
Gracias por tanto afecto que recibo de ustedes a través de sus mails, comentarios y mensajes . Espero que vivan en profundidad esta Novena de Navidad, con la alegría de los villancicos y el chocolate. Que las posadas sean la oportunidad para recordar que Jesus sigue pidiendo que le demos posada permanente en nuestro corazón. Hasta el Cielo.
Los abrazo fuerte.
P. Cèsar Piechestein
elcuradetodos… ustedes