"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

miércoles, 9 de diciembre de 2009

EL PAPA NOS DICE:



"Tanto en el mal como en el bien, nuestro comportamiento tiene una influencia sobre los demás"
Ayer, cuando el mundo católico celebraba la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, nuestro querido Papa, ha visitado Plaza España en Roma, donde dejó a los pies de la imagen de la Virgen, en gran canasto de rosas blancas. Y ha sido en esta oportunidad que ha dirigido un discurso que nos invita a ser protagonistas, "actores", no solamente "espectadores" de la realidad.
Hizo referencia al efecto negativo que produce el bombardeo de los medios de comunicación, narrando sólo el mal, que muchas veces amplifica.Ha dicho que "lo negativo no se digiere plenamente y día tras día se acumula. El corazón se endurece y los pensamientos se hacen sombríos."
Pero lejos de deternos a juzgar, o quedarnos simplemente al margen, el Papa nos invita a ser, como María, mensajeros de Dios , para recordar a todos la victoria de la Gracia sobre el pecado.
"Es la contaminación del espíritu, que hace que nuestros rostros sonrían menos , sean más tristes, que nos lleva a no saludarnos, a no mirarnos a la cara..." Una sociedad que se queda sólo en lo superfluo tiende a ver a las personas como objetos de consumo, no como hermanos, como seres amados de Dios y dignos de ser amados.
"La Virgen nos enseña a abrirnos a la acción de Dios para ver a los demás como los ve El." Y es así como el Papa nos invita a imitarla, en la pureza de su vida, de su corazón y de su mirada. Es así como podremos generar un cambio desde la Iglesia, desde cada uno de nosotros.
Para finalizar, Benedicto XVI, nos invitó a tener presente que "no sirve de nada condenar, quejarse, echar la culpa, sino que es mejor responder al mal con el bien".

1 comentario:

  1. Antes yo no entendía bien la importancia de la Virgen María en la historia, pero ahora gracias a que me he acercado a la iglesia he aprendido bastante y siento una envidia (sana claro está) pues ella se entregó sin peros, ni un por qué, sino más bien dijo: He aquí la esclava del Señor Hágase en mí según tu Palabra, quien no quisiera entregarse tan de lleno a nuestro Padre pero se nos vuelve difícil pero no imposible el imitarla, ojalá muchos hayan disfrutado las misas de ayer y hayan rezado el rosario pidiéndo por la santidad de todos los cristianos.

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