El hombre es un ser que comunica. Cada dìa conciente e inconcientemente estamos comunicando. Este es quizàs uno de los dones que màs nos ayudan a salir de nosotros mismos, a establecer contacto con Dios y con los demàs. Aunque basta una mirada o un movimiento del cuerpo para comunicar, es la palabra el instrumento màs efectivo para transmitir un mensaje.
Es precisamente el mensaje, aquello que se quiere comunicar, lo que hoy quisiera que reflexionemos. Todos los dìas utilizamos la palabra para manifestar lo que llevamos dentro, lo que pensamos, lo que queremos que los demàs conozcan, nuestras opiniones, etc. Muchas veces utilizamos la palabra para explicar emociones, sobre todo cuando nos sentimos incapaces de guardàrnoslas. Eso es algo que, siempre que se haga con el cuidado de no herir al otro, resulta positivo y hasta constructivo.
Lo que se me hace extranio es, que cuando se trata de verbalizar nuestros sentimientos, seamos tan capaces de hablar de aquello que nos molesta, nos produce ira o tristeza, pero cuando se trata del amor, muchas veces nos quedamos callados.
A veces me ha venido la idea de que no se lo hace porque no se està seguro de lo que se siente, pero còmo dudar, por ejemplo, del amor de una madre por sus hijos o viceversa, y sin embargo, que pocas veces se escuchan esos "te amo". Tampoco creo que sea por temor a banalizar el verbo amar, porque de hecho ya bastante mal se lo utiliza (por ejemplo "hacer el amor" ). Quizas porque se puede llegar a pensar que si se lo dice muy seguido se puede cansar a quien lo escucha (cosa que los enamorados demuestran que no es verdad) . Y asì sucesivamente.
Yo tengo mi propia teorìa. Pienso que no lo decimos, porque cuando expresamos con palabras nuestro amor, es como si dejaramos expuesto el corazòn. Y en un mundo tan duro como el nuestro, parece un riesgo que muy pocos quieren correr. Nadie quiere sentirse herido, nadie quiere chocarse con el desamor o la indiferencia. Pero permitanme decirles que, lo digamos o no, el amor lo sentiremos siempre. Asì que es mejor dejarlo salir, verbalizarlo. Asì las palabras acompaniaràn a las acciones, y nuestro vìnculo con nuestros seres amados serà aun màs palpable.
Aprovechemos estas fiestas, que tantas oportunidades nos brindan para expresar todo el afecto que llevamos dentro. Y no se olviden de que, si a esas palabras les adjuntamos un abrazo sincero y completo (quiero decir "pechito con pechito") seguro que nos sentiremos màs fuertes y habremos hecho un gran avance en nuestra relaciòn con los demàs.
No se olviden que faltan sòlo cinco dìas para celebrar el Dìa Mundial del Abrazo.
Hasta el Cielo
P. Cèsar Piechestein
elcuradetodos... ustedes
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