"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

jueves, 10 de diciembre de 2009

Còmo es que se debe amar a Dios


La fuerza del amor no mide las posibilidades, ignora las fronteras. El amor no discierne, no reflexiona, no conoce razones. El amor no se resigna ante la imposibilidad, no se intimida ante ninguna dificultad.

Si el amor no alcanza el objeto de sus deseos, llega hasta a ocasionar la muerte del amante; va ,por lo tanto, hacia donde es impulsado, no hacia donde parece lògico que deba de ir. El amor engendra el deseo, se enardece cada vez màs y tiende con mayor vehemencia hacia lo que no consigue alcanzar. Y què màs dirè?

El amor no descansa mientras no ve lo que ama; por eso los santos estimaban en poco cualquier recompensa, mientras no viesen a Dios.

Por eso el amor que ansìa ver a Dios se ve impulsado, por encima de todo discernimiento, por el deseo ardiente de encontrarse con El.

San Pedro Crisòlogo, obispo.

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