"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

martes, 4 de enero de 2011

Buon Natale/ Merry Christmas/Feliz Navidad/Bon Noel - Septuagésimo Informe Cesarial

Mis "fiestosos" ALA :

Ha llegado el tiempo más esperado por todos, aunque muchos no tanto por la verdadera razón. Hay quienes ven en éstas fiestas la mejor manera de cerrar el balance anual haciendo una venta grande. Ya sabemos bien que para muchos lo único importante de este tiempo es el comercio. Sin embargo aunque parezca que no también somos muchos los que hacemos fuerzas para mantener el verdadero significado de éstas celebraciones de diciembre. No hay que perder la esperanza y seguro que de a poco iremos recuperando la Navidad.
El pesebre de Piazza Venezia

Un signo de cambio en Plaza Venecia 
De hecho en Roma se pudo apreciar un signo que aunque pequeño, tiene un gran significado. En pleno centro de la ciudad existe un grandísimo monumento. Es una construcción que tiene dentro varios museos y que representa el patriotismo italiano. Lo malo es que para construirlo derrumbaron un convento franciscano que existía ahí y es que la motivación era precisamente tirarle contra a la Iglesia. De hecho existe delante al monumento una plaza bastante grande, que según me explicaron tenía como objetivo competir con la de San Pedro. Así que la idea es que es un monumento que no tiene nada que ver con la tradición cristiana de la cultura italiana. Así y todo es costumbre para éstas fechas poner en el centro de la plaza un árbol de Navidad, justo como en Plaza San Pedro, pero por supuesto que sin ningún pesebre. Este año el alcalde de Roma, que se profesa católico, ha querido dar el paso y poner un Nacimiento en la plaza. Ha llamado la atención de muchos, aunque los medios de comunicación no le han dado el realce que tiene. Así que aunque haya quienes quieren negarle a la Navidad su significado religioso, nunca lo podrán lograr.

La cheff del tren 
San Esteban de Settefratti
Otra tradición muy italiana son los grandes banquetes y es  que se conoce mundialmente porque eran famosos los banquetes del imperio romano. Resulta que la Navidad les brinda la oportunidad para comer de todo y demasiado. Para muestra un botón. El viernes 24 por la mañana tomé el tren para ir a la parroquia y delante de mi asiento viajaba una señora ya entradita en años (como de 60, aunque para los italianos sería joven). Por lo que pude comprender a través de las cinco llamadas telefónicas que recibió, tenía que asesorar a su hija en la preparación de la cena navideña, porque a ella le tocaba trabajar hasta entrada la noche. Cada llamada era de más o menos diez minutos y no es que le llevara la cuenta, pero sí que era largo el cuento. Y por mucha atención que puse, terminé con un "manicho" mental porque no me cuadraba la cuenta con los platos: el primer primero y el primer segundo, con el segundo primer y el tercer segundo, la primera entrada fría o la segunda caliente o tibia, ya no me acuerdo. Y luego los detalles de cómo había que comprar las cosas y donde estaba la "caserita" que le daba sin hacer fila. La verdad me quedé mareado de tanto banquete y sorprendido de que ninguna llamada haya tenido ninguna referencia a la Navidad ...

Y a comer se ha dicho 
No crean que me quedé sin cena, que aunque no estoy de acuerdo con la exageración, también tenía que comer. Cené con la familia del párroco en Roccasecca. Por acá nada de pavo, ni chancho porque se come mariscos. Dicen que es la tradición. Pasta con mariscos, mariscos fritos y en ensalada. Sabroso y en cantidad normal, nada de empachos por nuestro lado. Luego las carreras para regresar porque a medianoche había que celebrar la Santa Misa.

Un alcalde saludable
Las Misioneras Eucarísticas ... y la torta de chocolate.
Settefratti y Pietrafitta comparten el mismo alcalde. Acá el tema de las autoridades civiles y las eclesiásticas va como muy de la mano, demasiado para mi gusto. Así que mientras el párroco fue a celebrar a Pietrafitta, yo celebré en Settefratti con el alcalde en primera fila. Y después de la Misa me cayó en la sacristía a desearme la feliz Navidad, con abrazo y beso, como se acostumbra por acá. Lo anecdótico es que al día siguiente yo celebré en Pietrafitta y al alcalde apareció también allá. No podía ser de otra manera pues tenía que repartirse entre los dos pueblos de los que es alcalde. De nuevo en primera fila y de nuevo en sacristía con el mismo proceso, como si la noche anterior no lo hubiese hecho. Lo que nunca me imaginé es que eso pudiera suscitar un problema diplomático, porque en ninguno caso el felicitado era el párroco. Así que se armó la gorda, porque Don Antonio se pegó la calentada y comenzó a despotricar contra el alcalde. Y fue el domingo cuando en pleno almuerzo, nos cayó el susodicho en la casa parroquial. Ni les cuento la de gritos y discusiones (yo ya no me asusto porque así mismo reaccionan). Luego de las necesarias explicaciones y procurando yo mantenerme al margen del pleito, se hizo la paz. Y seguimos así, a menos que pase algo en la Epifanía.
La fiesta de San Esteban de Settefratti 
Haciendo los honores a la torta
Ya les conté alguna vez que la Providencia Divina quiso que dejara en Ecuador a San Esteban de la Guangala, para darme en Italia a San Esteban de Settefratti. Así que mientras en Guayaquil mis antiguos feligreses celebraban a su patrono, yo celebraba con los fieles de Settefratti. Un gran santo y el primero de los que dieron su vida por la fe. Fue la oportunidad para recordar a todos nuestros hermanos que han sido asesinados este año por odio a nuestra religión, y a los que viven perseguidos pero no acobardados. Los encomendamos a este valiente santo con la esperanza de que la paz llegue pronto.
Almuerzo Navideño y de fin de año
Las hermanas Misioneras Eucarísticas quisieron hacerme partícipe de su vida comunitaria. El Nazaret de Roma es para mi un lugar de oración y de encuentro fraterno. No han sido muchas las ocasiones de compartir ahí (no tantas como hubiese querido yo) y ahora que no está Andrés la verdad es que voy menos frecuentemente. En esta ocasión le tocó cocinar a María Cristina y se pasó. Nos brindó un cordero que estaba para chuparse los dedos, pero como siempre lo mejor fue la compañía. Además pude conocer mejor a María Milagros (la más reciente "adquisición" de la comunidad). Aprovechamos para hacer que nos cuente cómo fue que escuchó el llamado del Señor. Como siempre nos lo pasamos de perlas y para cerrar con broche de oro hubo torta de chocolate y de regalo una botella de bombones. ¡¡¡Las hermanas ya tienen bien conocida mi adicción !!!
La botella de bombones.
Creo que ya los cansé bastante con este informe. Ojalá hayamos podido aprender a amar al Niño Dios un poquito más y que las fiestas nos hayan enseñado también a amar más a nuestros hermanos. Si es así seguro que nuestro balance anual será de utilidades y no de pérdidas (para que vean que estoy estudiando economía). Dios los bendiga siempre.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes

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