Verdad, anuncio y autenticidad de vida en la era digital
El Papa Benedicto XVI nos ha dejado un mensaje actual y contundente ayer, en la celebración de la fiesta de San Francisco de Sales, patrono de los comunicadores. Creo que nos ayuda a comprender cuál es la función de la web en la economía del cristiano del tercer milenio. Lo ha hecho claramente como para que a nadie le quede ninguna duda.
Una de las primeras recomendaciones del mensaje es que aprendamos a ser auténticos, porque el hecho de que la vida virtual nos permite establecer nuevas relaciones interpersonales lo exige. No hay verdadera amistad si no somos sinceros:
“La presencia en estos espacios virtuales puede ser expresión de una búsqueda sincera de un encuentro personal con el otro, si se evitan ciertos riesgos, como buscar refugio en una especie de mundo paralelo, o una excesiva exposición al mundo virtual. El anhelo de compartir, de establecer “amistades”, implica el desafío de ser auténticos, fieles a sí mismos, sin ceder a la ilusión de construir artificialmente el propio “perfil” público.”
También ha recordado que la vida "on line" no puede, ni debe tomar el lugar de la vida real "off line". Creo que este es un punto concreto que nos ayuda a poner los puntos sobre las ies, con respecto al tiempo que invertimos en la web:
“Es importante recordar siempre que el contacto virtual no puede y no debe sustituir el contacto humano directo, en todos los aspectos de nuestra vida.”
Creo, sin embargo, que el punto central del mensaje va en relación a no temer entrar en las redes sociales. Nos invita más bien a ser parte activa en ellas, aprovechándolas para llevar el mensaje evangélico y el testimonio de fe:
“Por eso, puede decirse que existe un estilo cristiano de presencia también en el mundo digital, caracterizado por una comunicación franca y abierta, responsable y respetuosa del otro. Comunicar el Evangelio a través de los nuevos medios significa no sólo poner contenidos abiertamente religiosos en las plataformas de los diversos medios, sino también dar testimonio coherente en el propio perfil digital y en el modo de comunicar preferencias, opciones y juicios que sean profundamente concordes con el Evangelio, incluso cuando no se hable explícitamente de él. Asimismo, tampoco se puede anunciar un mensaje en el mundo digital sin el testimonio coherente de quien lo anuncia. En los nuevos contextos y con las nuevas formas de expresión, el cristiano está llamado de nuevo a responder a quien le pida razón de su esperanza.”
Pero no podemos pensar que con una "misión" en la web es suficiente. Seguimos siendo llamados por Dios y enviados por la Iglesia a evangelizar el mundo cara a cara, a través de la amistad, de la fraternidad cristiana, del amor al prójimo, en la vida cotidiana:
“La verdad del Evangelio no puede ser objeto de consumo ni de disfrute superficial, sino un don que pide una respuesta libre. Esa verdad, incluso cuando se proclama en el espacio virtual de la red, está llamada siempre a encarnarse en el mundo real y en relación con los rostros concretos de los hermanos y hermanas con quienes compartimos la vida cotidiana. Por eso, siguen siendo fundamentales las relaciones humanas directas en la transmisión de la fe.”
Personalmente considero que el mensaje me estimula a seguir utilizando la web como espacio para compartir la Palabra y acompañarnos en la fe. Los puntos que el Papa ha subrayado en su mensaje me ayudan a valorar en su justa medida la oportunidad que brindan las redes sociales. Espero que podamos ser ahora más concientes de nuestro rol como cristianos en el mundo virtual.
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes
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