Mis amadísimos ALA :
Sé que voy con una semana de retraso en mis informes y no crean que estoy conforme. La verdad es que se hace más difícil recordar detalles de eventos que acontecieron hace quince días. Me propongo en esta semana ponerme al día e incluso escribir un informe extra, sobre algunas mujeres de mi vida (suspenso). Por ahora me limitaré a contarles lo sucedido la semana antepasada.
Reunión del clero de Roma.
Como resulta que ahora soy parte del clero de Roma (aunque el nombramiento aún no sale) fui invitado a participar de la reunión con la que se da inicio al año pastoral de esta diócesis. Se realizó en la basílica de San Juan de Letrán, madre de todas las iglesias y catedral de Roma (poruqe no es San Pedro, como algunos piensan). La presidió el Cardenal Vicario de Su Santidad y nos dió una charla que me dejó bastante sorprendido. Eramos como unos 500, parece mucho pero en realidad es poco. Si tomamos en consideración que en Guayaquil normalmente nos reunimos más de 200. Además dicen que en esta ciudad viven más de 6000 sacerdotes estudiantes. Así que me pareció que deberíamos haber sido mucho más numerosos. En todo caso, en la silla de cada uno reposaban ya un montón de papeles y entre ellos las copias del discurso que pronunciaría el cardenal. Nada menos que 13 hojas (y yo que pensaba que escribía demasiado). Le tomó hora y media su exposición, pero hay que reconocer que estuvo muy claro y a mi parecer, bastante ligado a la realidad pastoral.
La Eucaristía como centro de la Pastoral y de la vida sacerdotal
Si hubiese que resumir el discurso sería así precisamente. Nos dejó muy en claro que todo fluye y confluye de y hacia Jesús Sacramentado. Y luego nos fue dando "tips" para lograr que en cada comunidad se viviese este espíritu eucarístico. Lo que me sorprendió fue que rogara a los párrocos que se hiciera adoración eucarística en las parroquias, aunque sea una vez al mes. Digo que me sorprendió porque me parece lo más común que en cada parroquia se haga adoración todos los jueves y aún más en esta ciudad. Pero resulta que no es así. En muchísimas parroquias no se adora a Jesús Eucaristía ni siquiera una vez al mes. El mismo cardenal, cuando se refirió a la escasez de vocaciones al sacerdocio (apenas 20 seminaristas en toda la diócesis) dijo que la única manera de que la juventud valore el llamado al sacerdocio, es que comprendan el valor de la Eucaristía. Creo que a todos los que estábamos presentes nos impulsó a reforzar nuestra vida de piedad y a hacerla más eucarística, de manera que también podamos eucaristizar nuestras comunidades.
Los mismos colegas ...
Luego nos dieron un tiempo para que quienes quisieran tomar la palabra lo pudiesen hacer. Yo la verdad me eché a reir, pues se ve y se nota que estamos cortados por la misma tijera. Al igual que en nuestras reuniones de Guayaquil, hubo el típico impertinente que le dijo al cardenal que lo que había dicho era muy bonito, pero que la realidad era otra. El típico pesimista, que dijo que no valía la pena volver a intentarlo porque ya no había nada que hacer. El típico ejemplar que nos contó como en su parroquia se hace adoración perpetua. Y así, cambiando de cara, eran los mismos que se hacen sentir también en Guayaquil. Fue muy divertido.
Una ventaja con el Papa
El ser parte del clero de Roma me da una ventaja interesante. Te llegan invitaciones a retiros, charlas y seminarios. Además es más fácil conseguir entradas para las audiencias y seguro estaré en la que se hace después de semana santa, donde pude saludar a Su Santidad, claro que ya no será de colado, sino con invitación.
Almorzando con Edwin
Después de la reunión del clero, debía encontrarme con mi querido Edwin Patín, seminarista de Guayaquil. Nos reunimos para almorzar y así ponernos al día de nuestras aventuras vacacionales. Resultó ser un almuerzo delicioso, pero sobre todo ameno, porque había mucho que compartir. Pronto comenzaremos nuestras reuniones semanales y así podremos compartir con más frecuencia.
Los seminaristas neocatecumenales
Como ya les había contado, mi anfitriona tiene como apostolado la acogida de sacerdotes y seminaristas. Casi todos pertenecientes al Camino Neocatecumenal. Y en esos días nos tocó recibir a media docena de aspirantes al seminario, todos procedentes de Argentina. Cierto es que no todos de la misma ciudad. Había de todo como en botica: de la Patagonia, Jujuy, Santa Fe y también de Buenos Aires. Llegaron para participar de un encuentro que se realiza una vez al año en Roma. Todos los vocacionados del movimiento llegan a esta convivencia y al final, si siguen dispuestos a entrar al seminario, se les indica a que país están destinados. Sucede así porque el movimiento tiene seminarios en muchas partes del mundo. A estos argentinos los enviaron a : Francia, Zambia, España, Perú y Portugal. Luego del encuentro volvieron a su casa para preparar los documentos, todos menos el que fue enviado al Africa, que debía quedarse un tiempo más por acá. Esperemos que perseveren y que sean santos misioneros. La verdad es que me parece admirable la entrega y el valor de estos jovencitos y la fecundidad de este moviemiento, pues los que se reunieron por acá fueron varios cientos. Parte de la primavera de la Iglesia.
Una sonrisa al sacerdote
Me sucedió algo que quisiera compartir con ustedes. Resulta que acompañé a tres de éstos seminaristas a comprar al mercado. Como no conozco bien el sector nos tocó preguntar varias veces. Lógico que yo siempre me dirigía a las señoras que veía con el carrito de las compras. Pero una de ellas me llamó fuertemente la atención. Todas al verme con traje de padrecito, me sonreían y eran muy amables, pero hubo una que me miró de manera especial. Fue una de esas miradas que sin palabras te dicen muchísimo. Y su sonrisa era la de una madre cariñosa. Recordé en ese momento al Beato Manuel cuando habla del apostolado de la sonrisa. La mirada y la sonrisa de esa señora me dijeron muchas cosas sobre su fe, sobre su aprecio por el sacerdocio, en fin, sobre su amor a Cristo. Ojalá también nosotros lleguemos a ser capaces de transmitir tanto en un detalle tan simple.
Nació Milena
Me despido compartiéndoles una noticia fresquísima. Me acaba de llegar un mail dándome a saber que ha nacido mi nueva sobrina: Milena Isabel. Ella es la cuarta hija de María Gabriela y Peter. Desde acá los abrazo y los bendigo.
Me despido, aunque no hasta la próxima semana, puesto que hay que ponerse al día en los informes. Espero pronto poderles presentar el siguiente.
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes
Sé que voy con una semana de retraso en mis informes y no crean que estoy conforme. La verdad es que se hace más difícil recordar detalles de eventos que acontecieron hace quince días. Me propongo en esta semana ponerme al día e incluso escribir un informe extra, sobre algunas mujeres de mi vida (suspenso). Por ahora me limitaré a contarles lo sucedido la semana antepasada.
Reunión del clero de Roma.
Como resulta que ahora soy parte del clero de Roma (aunque el nombramiento aún no sale) fui invitado a participar de la reunión con la que se da inicio al año pastoral de esta diócesis. Se realizó en la basílica de San Juan de Letrán, madre de todas las iglesias y catedral de Roma (poruqe no es San Pedro, como algunos piensan). La presidió el Cardenal Vicario de Su Santidad y nos dió una charla que me dejó bastante sorprendido. Eramos como unos 500, parece mucho pero en realidad es poco. Si tomamos en consideración que en Guayaquil normalmente nos reunimos más de 200. Además dicen que en esta ciudad viven más de 6000 sacerdotes estudiantes. Así que me pareció que deberíamos haber sido mucho más numerosos. En todo caso, en la silla de cada uno reposaban ya un montón de papeles y entre ellos las copias del discurso que pronunciaría el cardenal. Nada menos que 13 hojas (y yo que pensaba que escribía demasiado). Le tomó hora y media su exposición, pero hay que reconocer que estuvo muy claro y a mi parecer, bastante ligado a la realidad pastoral.
La Eucaristía como centro de la Pastoral y de la vida sacerdotal
Si hubiese que resumir el discurso sería así precisamente. Nos dejó muy en claro que todo fluye y confluye de y hacia Jesús Sacramentado. Y luego nos fue dando "tips" para lograr que en cada comunidad se viviese este espíritu eucarístico. Lo que me sorprendió fue que rogara a los párrocos que se hiciera adoración eucarística en las parroquias, aunque sea una vez al mes. Digo que me sorprendió porque me parece lo más común que en cada parroquia se haga adoración todos los jueves y aún más en esta ciudad. Pero resulta que no es así. En muchísimas parroquias no se adora a Jesús Eucaristía ni siquiera una vez al mes. El mismo cardenal, cuando se refirió a la escasez de vocaciones al sacerdocio (apenas 20 seminaristas en toda la diócesis) dijo que la única manera de que la juventud valore el llamado al sacerdocio, es que comprendan el valor de la Eucaristía. Creo que a todos los que estábamos presentes nos impulsó a reforzar nuestra vida de piedad y a hacerla más eucarística, de manera que también podamos eucaristizar nuestras comunidades.
Los mismos colegas ...
Luego nos dieron un tiempo para que quienes quisieran tomar la palabra lo pudiesen hacer. Yo la verdad me eché a reir, pues se ve y se nota que estamos cortados por la misma tijera. Al igual que en nuestras reuniones de Guayaquil, hubo el típico impertinente que le dijo al cardenal que lo que había dicho era muy bonito, pero que la realidad era otra. El típico pesimista, que dijo que no valía la pena volver a intentarlo porque ya no había nada que hacer. El típico ejemplar que nos contó como en su parroquia se hace adoración perpetua. Y así, cambiando de cara, eran los mismos que se hacen sentir también en Guayaquil. Fue muy divertido.
Una ventaja con el Papa
El ser parte del clero de Roma me da una ventaja interesante. Te llegan invitaciones a retiros, charlas y seminarios. Además es más fácil conseguir entradas para las audiencias y seguro estaré en la que se hace después de semana santa, donde pude saludar a Su Santidad, claro que ya no será de colado, sino con invitación.
Almorzando con Edwin
Después de la reunión del clero, debía encontrarme con mi querido Edwin Patín, seminarista de Guayaquil. Nos reunimos para almorzar y así ponernos al día de nuestras aventuras vacacionales. Resultó ser un almuerzo delicioso, pero sobre todo ameno, porque había mucho que compartir. Pronto comenzaremos nuestras reuniones semanales y así podremos compartir con más frecuencia.
Los seminaristas neocatecumenales
Como ya les había contado, mi anfitriona tiene como apostolado la acogida de sacerdotes y seminaristas. Casi todos pertenecientes al Camino Neocatecumenal. Y en esos días nos tocó recibir a media docena de aspirantes al seminario, todos procedentes de Argentina. Cierto es que no todos de la misma ciudad. Había de todo como en botica: de la Patagonia, Jujuy, Santa Fe y también de Buenos Aires. Llegaron para participar de un encuentro que se realiza una vez al año en Roma. Todos los vocacionados del movimiento llegan a esta convivencia y al final, si siguen dispuestos a entrar al seminario, se les indica a que país están destinados. Sucede así porque el movimiento tiene seminarios en muchas partes del mundo. A estos argentinos los enviaron a : Francia, Zambia, España, Perú y Portugal. Luego del encuentro volvieron a su casa para preparar los documentos, todos menos el que fue enviado al Africa, que debía quedarse un tiempo más por acá. Esperemos que perseveren y que sean santos misioneros. La verdad es que me parece admirable la entrega y el valor de estos jovencitos y la fecundidad de este moviemiento, pues los que se reunieron por acá fueron varios cientos. Parte de la primavera de la Iglesia.
Una sonrisa al sacerdote
Me sucedió algo que quisiera compartir con ustedes. Resulta que acompañé a tres de éstos seminaristas a comprar al mercado. Como no conozco bien el sector nos tocó preguntar varias veces. Lógico que yo siempre me dirigía a las señoras que veía con el carrito de las compras. Pero una de ellas me llamó fuertemente la atención. Todas al verme con traje de padrecito, me sonreían y eran muy amables, pero hubo una que me miró de manera especial. Fue una de esas miradas que sin palabras te dicen muchísimo. Y su sonrisa era la de una madre cariñosa. Recordé en ese momento al Beato Manuel cuando habla del apostolado de la sonrisa. La mirada y la sonrisa de esa señora me dijeron muchas cosas sobre su fe, sobre su aprecio por el sacerdocio, en fin, sobre su amor a Cristo. Ojalá también nosotros lleguemos a ser capaces de transmitir tanto en un detalle tan simple.
Nació Milena
Me despido compartiéndoles una noticia fresquísima. Me acaba de llegar un mail dándome a saber que ha nacido mi nueva sobrina: Milena Isabel. Ella es la cuarta hija de María Gabriela y Peter. Desde acá los abrazo y los bendigo.
Me despido, aunque no hasta la próxima semana, puesto que hay que ponerse al día en los informes. Espero pronto poderles presentar el siguiente.
Hasta el Cielo.
P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes
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