"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

domingo, 10 de octubre de 2010

Turisteando en Roma - Cincuentésimo Séptimo Informe Cesarial

Mis nunca bien ponderados ALA:
El tiempo corre veloz y las horas pasan volando. Los días transcurren sin mayor sobresalto en el departamento que compartimos Lucía, María y un servidor. La televisión, especialmente las series policíacas, con muchas balas y criminales, nos acompañan y entretienen. Pero esta temporada de vida casera se acerca a su fin ...

Comunicando la mudanza

Siendo ya muy cercano el día del retorno a clases y teniendo algunas cosas todavía por hacer, me pareció lo más correcto aprovechar el martes para regresar a mi colegio. No podía ser el lunes, porque había que recuperarse del estropeo del fin de semana. Eso sí , cuando comuniqué la noticia de la mudanza hubo algún remilgo de parte de María. Le pareció prematura la mudanza cuando todavía faltaba una semana para empezar las clases. Ciertamente ya nos habíamos acostumbrado a las largas sobremesas y a mirar juntos la televisión. Después de explicarle que tenía otros compromisos estuvo de acuerdo, siempre y cuando hiciéramos una cena junto al padre Roberto Amici, rector de mi casa y también amigo de María.

La mudanza en acción
Ya el martes, después de celebrar la Misa, comenzó el proceso de recoger las cosas y prepararse para marchar. En casa me esperaban mis cajitas y cartones llenos de papeles, libros y ropa de invierno. Además las herencias que el padre Homero y el padre José Manuel me habían adjuntado. Ahora, gracias a estos dos colegas benefactores cuento entre mis pertenencias: una impresora, un radio reloj despertador, parlantes para la compu, una lámpara de escritorio, una plancha (que no creo que usaré muy seguido) y una silla de oficina, que me ha vuelto muy cómodo el trabajo de escritor porque la anterior me hacía doler el sur. Así que ahora tengo un escritorio de lujo, con todos los chereches que se puedan desear.

De turismo con los compañeritos
Era justo que viviendo en una ciudad que siempre está repleta de turistas, nosotros también hiciéramos alguna vez ese papel. Con algunos compañeritos que ya aterrizaron por acá hace pocos días nos lanzamos a recorrer Roma. Aunque como de costumbre muchos se entusiasman con las ideas, los presentes fuimos pocos. Ildefonso (ahora ya convertido en compañero de aventuras), Álvaro y Rocío. Se podría decir que la cosa va mejorando, porque en la última excursión éramos tres. Nos decidimos por Piazza Venecia y sus alrededores. Visitamos algunas iglesias y sobre todo de un almuerzo tipo picnic el un parque cerca del Coliseo. No me pidan más detalles, porque de historiador tengo demasiado poco. Lo cierto es que caminamos todo el día. Yo regresé a casa a pegarme una ducha, cenar y correr a la iglesia de Santa Inés, donde disfruté de un magnífico concierto de música sacra. Un coro norteamericano, que por la mañana había cantado frente al Papa en la audiencia general, ahora nos deleitaba a nosotros. En resúmen puedo decir que le saqué el jugo al día.

Un almuerzo con las Misioneras
Para el jueves estaba planificado un almuerzo con las Misioneras Eucarísticas. A pesar de las advertencias de María, que se preocupaba porque no quería que yo coma mucho puesto que en la noche sería la cena en su casa, decidí comprar unas deliciosas lazañas y convidar a las hermanas. Creo que las disfrutaron tanto como yo, porque los comentarios fueron positivos. La madre se lució con el plato principal, aunque creo que interpretó la presencia de la lazaña como algún tipo de desconfianza en su capacidad culinaria. Siento decirles que en ésta ocasión, la sobremesa no duró a largo, pues siendo día regular y no festivo, cada quien tenía tareas que cumplir. El único todavía de vacaciones era yo.

María de los Milagros
Después de la partida de la hermana María Sagrario a España, ha llegado una nueva misionera al Nazaret de Roma. María de los Milagros es una joven religiosa argentina que seguramente apoyará aún más la tarea de darle y buscarle compañía a Jesús Sacramentado, en estas tierras italianas.

Cenando con María, Roberto e Ildefonso
Para la cena tuvimos dos eminentes invitados. El padre Roberto y mi compañero el padre Ildefonso. María se lució en la cocina. Había preparado pasta a la matrichiana y de plato principal pollo en salsa. La sobremesa estuvo muy interesante, nos detuvimos especialmente en la vivencia del culto eucarístico. Comparar cómo se vive en México, en Ecuador y en Italia, la misma fe en el Sacramento, pero con expresiones e intensidad diversas. Regresamos un poco tarde y como premio me pesqué un resfrío.

Se hizo agua el paseo en bicicleta
Para el viernes también habían planes. Una tarde de bicicleta en Picinisco y con mi amigo Daniel. Lamentablemente entre sus deberes, pues por acá muchos tienen clases también los sábados en el colegio, y mi refriado, la idea no se pudo hacer realidad. Ya me veía yo pedaleando en esas lomas ( o aterrizando con mi dentadura en alguna quebrada ).

Listo para el nuevo año lectivo
Menos mal que tengo mis reservas de vitamina C y de mebocaína, sino la batalla contra el refrío la hubiese perdido. Gracias a Dios no se complicó el cuadro y estuve listo para comenzar el nuevo año lectivo. ¿Qué aventuras y anécdotas nos deparará este nuevo período? Sólo el tiempo lo dirá y los informes lo contarán, aunque les recuerde que no todo se cuenta … así que no se pierdan la próxima entrega.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes

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