"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

martes, 13 de diciembre de 2011

De la tierra al Cielo LXI - Disfrutar del perdòn

Me encantan los perros, son excelentes compañeros. Creo que no lo pueden pasar peor que cuando se los deja atados. Me parece que todos hemos podido ver alguna vez cómo reacciona un perrito que luego de pasar el día encadenado tiene la suerte de que su dueño lo suelte. Es como que explota de energia, corre en círculos, salta y ladrá con fuerza, pero sobre todo agradece al patrón. Creo que si pudieran reír lo harían a carcajadas.

Quizás la comparación pueda parecer un poco forzada, pero creo que es justa. Quien ha hecho la experiencia del perdón me dará la razón. Cargar con nuestras culpas es demasiado pesado, es una cadena que nos impide vivir, nos quita la alegría, nos impide la libertad. Cuando somos perdonados, somos literalmente liberados de esas cadenas. Es un cambio raidcal que lo podemos palpar desde dentro. Es una alegría empapada de paz que inunda cada rincón de nuestro ser y que nos mueve a amar. Y es así como empieza el círculo virtuoso puesto que quien ha hecho una experiencia semejante alienta a otros a hacerla también.

No creo que haya un lugar más propicio para vivir esa sensación que en el confesionario. Arrodillarte cargado de miserias, con la tristeza y la verguenza del penitente, para levantarte con la paz del perdón, la alegría de la amistad recuperada, la salud que produce la gracia, no ya como un penitente sino como hijo amado. Esa es la "magia" que nos regala Cristo misericordioso a través del sacramento de la reconciliación, que además está a nuestro alcance cada vez que lo queramos recibir, basta el sincero arrepentimiento.

Nadie tiene porque vivir encadenado si no quiere. Así de triste como un perrito inmovilizado por una soga, es la imagen de un hijo de Dios reducido a la mínima expresión por culpa de sus culpas. Que distinta es la libertad que nos da la gracia, el perdón de quien aún clavado en la Cruz perdonaba a sus verdugos. No dejes de vivir la experiencia de la confesión, no te quites la libertad.
Hasta el Cielo.

P. César Piechestein
elcuradetodos ... ustedes

2 comentarios:

  1. Qué hermoso!!! =D de manera particular el perrito!!! jajajaja y también lo de la alegría y libertad ;) "Es una alegría empapada de paz que inunda cada rincón de nuestro ser y que nos mueve a amar" , gracias por compartirlo 0=.D, a perdonar y a amar se ha dicho!

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