"Que no haya nada en tí que no sea lo que de tí se espera" (San Juan María Vianney)

lunes, 18 de enero de 2010

De la Carta de San Ignacio de Antioquìa a los Efesios

Procurad reunìros con màs frecuencia para celebrar la acciòn de gracias y la alabanza divina. Cuando os reunìs con frecuencia en un mismo lugar, se debilita el poder de Satanàs, y la concordia de vuestra fe le impide causaros mal alguno. Nada mejor que la paz, que pone fin a toda discordia en el cielo y en la tierra.

Nada de esto os es desconocido si mantenèis de un modo perfecto, en Jesucristo, la fe y la caridad, que son el principio y el fin de la vida: el principio es la fe, el fin la caridad. Cuando ambas virtudes van a la par se identifican con el mismo Dios, y todo lo demàs que contribuye al bien obrar se deriva de ellas. El que profesa la fe no peca, y el que posee la caridad no odia. Por el fruto se conoce el àrbol; del mismo modo, los que hacen profesiòn de pertenecer a Cristo se distinguen por sus obras. Lo que nos interesa ahora, màs que hacer una profesiòn de fe, es mantenernos firmes en esa fe hasta el fin.

Es mejor callar y obrar que hablar y no obrar. Buena cosa es enseniar, si el que ensenia tambièn obra. Uno sòlo es el Maestro, que lo dijo y existiò; pero tambièn es digno del Padre lo que enseniò sin palabras. El que posee la palabra de Jesus es capaz de entender lo que El enseniò sin palabras y llegar asì a la perfecciòn, obrando segun lo que habla y dàndose a conocer por lo que hace sin hablar. Nada hay escondido para el Senior, sino que aun nuestros secretos màs ìntimos no escapan a su presencia . Obremos pues siempre conscientes de que El habita en nosotros, para que seamos templos suyos y El sea nuestro Dios en nosotros, tal como es en realidad y tal como se manifestarà ante nuestra faz; por esto tenemos motivo màs que suficiente para amarlo.

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