Queridos Hermanos:
Tantas cosas se pueden reflexionar a partir de el primer milagro de Jesus. La transformaciòn del agua en vino, la intercesiòn de Marìa , la participaciòn de los servidores. Hoy, sin embargo, siento la necesidad de determe en esa frase que San Juan encierra entre parèntesis (cosa que a mì me gusta hacer con frecuencia) porque aunque podrìa pensarse que no tiene importancia, sabemos que el apòstol no daba puntada sin dedal.
En el versìculo nueve dice : "Cuando el mayordomo probò el agua convertida en vino, como ignoraba de dònde era ( los sirvientes, los que habìan sacado el agua, sì que lo sabìan) , llama el mayordomo al novio ... ". Estoy convencido que esta frase nos està diciendo dos cosas importantìsimas.
La primera serìa que aquellos que colaboran con Dios en la realizaciòn de su plan, llevan una ganancia, una ventaja sobre quienes no lo hacen. Estos sirvientes que tuvieron que trabajar acarreando el agua pra llenar las tinajas, fueron los primeros en comprender lo que habìa sucedido. Sabemos que el objetivo de los milagros es suscitar la fe. Pues fueron ellos los primeros en creer, en comprender que quien estaba allì, no era un tipo cualquiera, ese fuè el mayor regalo.
Siempre es asì. Quien sirve a Dios, quien es capàz de renunciar a su propio plan, para hacer la voluntad de Dios, es quien primero recibe los beneficios. Ya saben, el ciento por uno.
La segunda serìa, que precisamente por ser quienes podìan comprender lo sucedido, porque ellos habìan puesto agua, y ahora se bebìa vino, debìan pasar de ser servidores , a ser testigos. Fuè la palabra de ellos lo que puso en evidencia el milagro. Estoy seguro que ni Marìa ni Jesus dijeron nada al respecto. El milagro quedò al descubierto, cuando los sirvientes hablaron, testimoniaron.
Hoy màs que nunca hermanos, la Iglesia necesita testigos. Gente que trasmita el mensaje, la palabra, a travès del testimonio. Hay tantos que no lo conocen, pero tambièn hay tantos otros mensajes que dìa a dìa nos llegan de muy variadas maneras. Sin duda daremos màs valor a quien nos comparte su propia experiencia, su propia vivencia. De ahì nace este llamado a dar testimonio, como los sirvientes de las Bodas de Canà. Jesus hizo el milagro, pero ellos lo dieron a conocer. Hagàmoslo tambièn nosotros.
Hasta el Cielo.
P. Cèsar Piechestein
elcuradetodos... ustedes
Y es precisamente por el mal testimonio que muchos se alejan de nuestra iglesia, dicen que son muchos los catolicos que predican um credo pero que realizan actividades contraria a lo que dicen. Me he topado con gente que lo ha vivido y es dificil hacerles ver que estos malos cristianos no representan a la fe y doctrina de nuestra iglesia.
ResponderEliminarEn todos lados hay gente que no está bien instruída en la Palabra de Dios, por eso se separa y luego predican lo que es su conveniencia, lo mismo nos pasa a los católicos, debemos ser verdaderos cristianos, amar a Dios y amar a los demás pues como puedes amar a alguien que no vez y luego no amas al que está a tu lado, vayamos juntos de la mano de Dios con nuestras vidas como mayor testimonio de su amor y de que su Palabra es Verdad, seamos ejemplo de santidad y seguro muchos querrán aprender de nosotros yq ue alegría que un día al fin seamos un sólo rebaño y uno el Pastor.
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